Salud
Por: Sofía Leviaguirre
Mover el cuerpo es clave en la recuperación después del cáncer. Aquí te contamos lo que tienes que saber sobre el ejercicio contra el cáncer.
Cuando pensamos en ejercicio, casi siempre nos imaginamos músculos fuertes, mucha energía o una rutina para bajar de peso. Pero la ciencia nos ha demostrado algo mucho más poderoso: mover el cuerpo también puede ser una herramienta clave en la recuperación después del cáncer. Aquí te contamos lo que tienes que saber sobre el ejercicio contra el cáncer.
Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine analizó el impacto del ejercicio estructurado en personas que habían terminado la quimioterapia por cáncer de colon. El mensaje fue claro: el ejercicio no solo ayuda a la fuerza y a la energía, también mejora la calidad de vida y reduce el riesgo de recaída.
Los investigadores siguieron a pacientes que habían recibido quimioterapia y los dividieron en dos grupos: uno realizó un programa de ejercicio estructurado y el otro no.
Los que se ejercitaron tuvieron menos fatiga, uno de los efectos secundarios más comunes después de la quimioterapia. También mostraron mejor salud cardiovascular y muscular, lo que impacta directamente en la recuperación. Y lo más sorprendente es que el ejercicio puede disminuir el riesgo de que el cáncer regrese. En otras palabras, mover el cuerpo se convierte en parte de la medicina.
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El ejercicio no es magia, tiene efectos reales en el organismo:
Lo mejor es una combinación de ejercicio aeróbico, que mejora la capacidad pulmonar, cardiovascular y ayuda a reducir la fatiga, y ejercicios de fuerza, que ayudan a prevenir la pérdida muscular común después de la quimioterapia.
La clave está en empezar poco a poco, escuchar al cuerpo y tener un profesional que te acompañe paso a paso.
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Más allá de lo físico, el movimiento libera endorfinas, reduce la ansiedad y combate la depresión, emociones muy comunes durante y después del cáncer. Para muchos pacientes, el ejercicio representa recuperar el control sobre su cuerpo después de meses en los que sintieron que la enfermedad dictaba el ritmo.
Si acabas de pasar por un tratamiento contra el cáncer, no se trata de correr maratones ni de levantar cien kilos de pesas. Cosas como caminar 20 minutos al día pueden marcar la diferencia. Así que, si estás en recuperación o acompañas a alguien que lo está, recuerda que cada paso cuenta.
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