fbpx
26-10-2025 15:02:23
Moi
Enojarte mucho te podría generar un infarto ¡A punto de explotar!

Salud mental

Enojarte mucho te podría generar un infarto ¡A punto de explotar!

Por: Sofía Leviaguirre

Acá te contamos por qué quienes se enojan mucho tienen mayor riesgo de infarto. Porque sí, el enojo también afecta al corazón.

Seguro has escuchado que alguien diga “me va a dar un infarto de tanto coraje”. Es una expresión súper común, peeero, ¿qué pasaría si te decimos que no está tan lejos de la realidad? Acá te contamos por qué enojarte mucho te podría generar un infarto. ¡A punto de explotar! Porque sí, el enojo también afecta al corazón.

Enojarte mucho te podría generar un infarto

Todos nos enojamos. Puede ser por una discusión con alguien cercano, mil horas en el tráfico o una injusticia en el trabajo. Peeero cuando el enojo se vuelve frecuente, intenso o difícil de manejar, puede pasar de ser una emoción más a un factor real de riesgo para la salud cardiovascular.

También lee: Dolores físicos relacionados con emociones

Lo que dicen los estudios

Investigaciones médicas han encontrado que los brotes de enojo pueden multiplicar el riesgo de un infarto o un accidente cerebrovascular en las horas que siguen al episodio. Según un estudio de Harvard, quienes tienen un arrebato de ira tienen hasta cinco veces más probabilidad de sufrir un infarto en las siguientes dos horas. Para quienes ya tienen problemas cardíacos, ese riesgo es aún mayor.

Un estudio reciente del Journal of the American Heart Association descubrió algo más: un episodio de enojo intenso puede disminuir la capacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse correctamente durante al menos 40 minutos después del evento. Esta mala función vascular, si se repite con frecuencia, puede contribuir al endurecimiento arterial, hipertensión y otros problemas cardiovasculares.

Escuchemos al experto: Rafael Santandreu

Rafael Santandreu, psicólogo español especializado en terapia cognitivo-conductual, habla del manejo emocional como una herramienta clave para vivir mejor. Santandreu dice que emociones como el enojo se vuelven más intensas o frecuentes cuando no se gestionan, cuando se alimentan pensamientos negativos extremos o cuando se permiten quejas constantes (algo que él llama “necesititis” o “terribilitis”).

Según Santandreu, cambiar la forma de pensar (identificar creencias distorsionadas, moderar expectativas, y aceptar lo que no se puede cambiar) puede disminuir tanto la frecuencia como la intensidad de esas explosiones emocionales. Para él, la regulación emocional no es negar el enojo, sino observarlo, entenderlo y responder desde la calma, no desde la reactividad.

También lee: ¡Enojar engorda! Conoce los efectos negativos que tiene en tu cuerpo

Cómo reducir el riesgo si eres enojón

Obvio, sabemos que hay quienes tienen más facilidad para explotar. Por eso, te dejamos estas estrategias que te pueden ayudar a bajarle dos rayitas:

  1. Identifica los detonantes. Llevar un diario emocional puede ayudar. Anota cuándo te enojas, qué pasó antes, qué pensaste, cómo reaccionaste. Muchas veces, los brotes provienen de acumulaciones de estrés o expectativas no reconocidas.
  2. Practica técnicas de respiración y pausa. Antes de estallar, detente un par de minutos, respirar profundo puede ayudar muchísimo. Esas pausas dan espacio para pensar, no solo reaccionar.
  3. Revisa tus pensamientos. Pregúntate: “¿Esto que me enoja es tan grave como lo estoy haciendo parecer?” “¿Estoy exagerando lo que alguien hizo?”. Cuestionar creencias absolutas (siempre, nunca, nadie) ayuda a disminuir la intensidad emocional.
  4. Actividad física. El ejercicio reduce la tensión acumulada, mejora la salud cardiovascular y disminuye los niveles de estrés hormonal que acompañan al enojo frecuente.
  5. Terapia psicológica. Si notas que el enojo te invade con frecuencia, afecta tus relaciones o tu salud, trabajar con un psicólogo puede darte herramientas para manejar emociones difíciles, bajar la intensidad de los brotes y vivir en paz.

El enojo no es solo un problema emocional: puede tener consecuencias físicas reales, incluyendo riesgo de infarto. Pero no estás condenado, hay estrategias que pueden ayudarte. Recuerda que aprender a enojarte menos no es ceder, es cuidarte.

También lee:

Por: Sofía Leviaguirre

¿Qué tan útil fue esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Calificación promedio 0 / 5. Recuento de votos: 0

¡No hay votos hasta ahora! Sé el primero en calificar esta publicación.