Salud mental
Por: Sofía Leviaguirre
Te traemos una mini guía de cómo sobrevivir a un día que duele, para que sepas qué hacer cuando todo te pesa.
Algunos días duelen, así, sin más. Por eso te traemos una mini guía de cómo sobrevivir a un día que duele, para que no te vuelvan a agarrar en curva.
Todos tenemos días que duelen. No hacen ruido, no avisan y no respetan horarios. Son esos días en los que la mente pesa, el cuerpo se cansa sin razón y las emociones parecen demasiado intensas. Pero con estos tips, puedes sobrevivirlo.
No necesitas fingir que estás bien. Aceptar que el día está siendo duro reduce la presión interna. Forzarte a funcionar como si nada solo aumenta el desgaste. Reconoce que hoy te duele, se vale, y es el primer paso para superar las horas que quedan por delante.
Un día que duele no es un día para resolver todo. Elige lo indispensable y deja el resto para después. Bajar la exigencia que te pones te permite guardar energía mental y emocional. Haz solo lo necesario y date chance de descansar.
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Cuando te duele el día, sentir tristeza, enojo o miedo es normal. En vez de pelear contra lo que sientes, obsérvalo. Nombrar la emoción ayuda: esto es tristeza, esto es cansancio, esto es frustración. Saber qué sientes reduce la ansiedad.
Los días difíciles pueden sacar a la mente del presente. Usa la respiración como ancla. Inhala tres segundos, exhala siete. Repite varias veces. Esto reactiva tu nervio vago y le da un reset a tu cuerpo.
Un día que duele se vuelve más difícil con ruido, pantallas y mensajes innecesarios. Baja el volumen del mundo. Evita discusiones, redes sociales y ambientes caóticos para crear un espacio que reduzca la sobrecarga emocional.
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Si estás cansado, acuéstate. Si necesitas cerrar los ojos diez minutos, hazlo. Romper el ritmo no es debilidad, es autocuidado. El descanso es parte fundamental de sobrevivir a un día emocionalmente difícil. Si puedes, termina tu día antes para dejar que el cuerpo se tire a la desgracia un ratito.
Cuando el dolor se hace presente es fácil pensar que va a quedarse. No es así. Un día difícil es solo eso: un día. Mantener esta perspectiva ayuda a que el dolor no ocupe más espacio del necesario.
Háblate con cariño, consiéntete, date chance de ir a tu ritmo y, donde puedas, date amor. Un día que duele es un día para ver una peli y tomar chocolate caliente sin culpa.
Sobrevivir a un día que duele no es arreglar el día, es vivirlo con caaalma y cariño. Puede que el día no mejore por completo, pero puedes hacerlo más llevadero. Y a veces, eso es suficiente.
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Por: Sofía Leviaguirre
