Salud mental
Por: Sofía Leviaguirre
La relación madre-hija siempre es complicada, pero se puede cerrar la herida. Aquí te contamos cómo dejar de estar enojada con mamá.
Hay enojos que no gritan… pero pesan. Y pocos duelen tanto como los que tenemos con nuestra mamá. Tal vez es algo que dijo, algo que hizo —o que no hizo—. Tal vez es una historia vieja que sigues cargando aunque jures que ya no te afecta. Pero ahí está: ese nudo en el estómago cada vez que hablas con ella, esa voz interna que te recuerda lo que dolió. ¿Cómo soltarlo? ¿Cómo perdonarla (o perdonarte) sin justificar lo que pasó? En este texto no te vamos a decir que “es tu mamá, así que supéralo”, pero sí te vamos a ayudar a entender por qué ese enojo sigue ahí… y cómo podrías empezar a soltarlo. Sigue leyendo cómo dejar de estar enojada con mamá.
A veces, las personas que más amamos son también las que más nos hieren. Y entre todas las relaciones humanas, la que tenemos con nuestra madre puede ser una de las más complejas. Porque mamá no es solo mamá, es también la primera figura de cuidado, la voz que más escuchamos en nuestra infancia, y muchas veces, la primera que nos impone reglas, juicios o expectativas. Por eso, es importante aprender a perdonar y seguir adelante cuando hay heridas abiertas en esta relación.
Lo primero es esto: está bien sentir enojo. No es deslealtad. No es falta de amor. El enojo es una emoción que nos señala que algo nos dolió, que algo no fue justo. Y en el caso de mamá, puede haber muchas heridas sin resolver: palabras que marcaron, silencios que dolieron, o incluso ausencias que nunca se hablaron. Permitirte sentir ese enojo es el primer paso para entenderlo.
También lee: Mamás tóxicas
Con el tiempo, uno se da cuenta de que mamá también es hija, también fue niña. Cargó con sus propios miedos, repitió lo que sabía, hizo lo mejor que pudo con las herramientas que tenía. No se trata de justificarlo todo, sino de humanizarla. Este cambio de perspectiva no borra lo que dolió, pero ayuda a entender que no fue personal, fue humano.
Muchas veces, el enojo con mamá no viene de un solo evento, sino de una acumulación de pequeñas cosas: falta de validación, críticas constantes, expectativas imposibles o incluso un abandono emocional. Tomarte el tiempo de explorar qué es lo que te duele, tal vez con la ayuda de terapia, puede ayudarte a transformar el enojo en comprensión.
También lee: ¿Qué hacer si sientes que eres una mamá infeliz? Send help!
No siempre es posible hablar con mamá. Tal vez ya no está, tal vez no hay condiciones seguras para una conversación profunda. Pero si existe la posibilidad, hablar desde la vulnerabilidad, y no desde la acusación, entonces se puede abrir un espacio de sanación. Decir: “Me dolió cuando…” o “Yo necesitaba algo distinto…” puede cambiar el tono del vínculo. Eso sí, habla con la expectativa de liberarte, no de que ella lo entienda todo. A veces, sanar no es cambiar al otro, sino decidir cómo seguir desde nuestra parte.
El perdón no es decir “todo estuvo bien”. Es decir: “No quiero seguir cargando con esto”. Perdonar a mamá no es absolverla, es liberarte tú. Es dejar de mirar el pasado con rabia para poder construir un presente en paz.
Dejar de estar enojada con mamá es un proceso, no una decisión de un día. Es un camino que mezcla ternura, dolor, memoria, y muchas veces, lágrimas. Pero también es un acto de amor hacia ti misma. Porque mereces vivir ligero, mereces relaciones más libres, y sobre todo, mereces reconciliarte con tu historia, aunque haya sido imperfecta.
También lee:
Por: Sofía Leviaguirre