Lo estúpidamente interesante de las vacaciones

Hay una cosa en la que ateos y creyentes están de acuerdo: exigir sus vacaciones de Semana Santa para ponerse los flotis y lanzarse con entusiasmo a chapotear a la playa o retozar en la alberca.

Claro que habrá quienes nos quedemos en nuestras casas, nos levantemos tarde y nos repitamos una y otra vez que, ahora sí vamos a recoger los clósets y lavar el tinaco. Cuando muy en nuestros adentros tenemos bien claro que solo vamos a ver Netflix hasta que se nos cristalicen las pupilas o se nos licuen las neuronas. Lo que pase primero.

Pero según un sondeo realizado por uno de los portales más populares de comparación de vuelos y hoteles, viajar en Semana Santa nos puede ayudar a combatir con el estrés del primer trimestre del año, ya que según dicho portal, hacer viajes cortos y de forma regular es la manera más efectiva para relajarnos. Lo bueno es que habemos personas muy básicas, a las que se nos activa el modo zen nada más con no pararnos por la chamba durante unos días.

De hecho, el 40% de los encuestados aseguró que prefieren quedarse en sus casas durante las vacaciones de Semana Santa, básicamente porque apenas van saliendo de la cuesta de enero y prefieren ahorrar para hacer un viaje más largo en verano.

Y tal vez sea lo mejor. Piénsenlo. El viernes santo todavía no hay resurrección, entonces ¿quién está a cargo? ¿el Chamuco? Es  más, creo que estando tan poco claros los canales de autoridad y sin nadie vigilando, pues más vale guardarse un rato y no andar tentando a la suerte paseando como si nada. Pero allá ustedes.

Aunque si aun así deciden irse de vacaciones, les encargo que no anden presumiendo en sus redes sociales a dónde van a ir y cuánto tiempo se van a quedar por allá, porque esa información es oro molido para los rateros, que mientras ustedes andan de vacación, ellos se quedan a chambear horas extras saqueando casas. De hecho, la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada, ha detectado que durante Semana Santa se incrementa entre 18 y 20 por ciento el robo a casa habitación.

Por otra parte, a la gran mayoría de las compañías las temporadas vacacionales (en general), les caen bien gordas, ya que según un estudio realizado en Gran Bretaña, los trabajadores invierten un promedio 32 horas al año organizando, planeando o solo fantaseando con sus próximas vacaciones, siendo los días previos y posteriores al periodo de asueto cuando más disminuye la productividad de los empleados. 

Y ahí no para la cosa con el lado oscuro de la vacación, porque de acuerdo con una investigación de la Universidad de Washington, hay más separaciones y divorcios en los meses de enero, marzo y agosto; ya que las vacaciones suelen ser tan emocionalmente intensas y estresantes, que orillan a las parejas a tomar la decisión de terminar la relación. Por eso les digo que es mejor quedarse en la casa con la intención de recoger los closets y lavar el tinaco.

Con todo y todo, a mí me gustaría vivir y trabajar en España, Alemania, Francia, Finlandia, Italia, Emiratos Árabes o Brasil, porque según el estudio “Vacation Deprivation 2016”, elaborado por Expedia, los trabajadores en estos países tienen derecho a un promedio de 30 días al año de vacaciones y como no se incluyen los domingos, pues en realidad otorgan cinco semanotas seguidas de puro descanso y gozadera. Mientras que en México, si bien nos va, recibimos 15 días de vacaciones al año.

Por eso cuando yo sea presidente, les prometo instaurar periodos vacacionales de seis meses y por lo menos dos veces al año. Esta propuesta no la tenía ni Obama.