¡Háblate en tercera persona!

Aunque no lo creas, cambia toda la narrativa que le metemos a nuestro cerebro y eso en consecuencia la forma en cómo percibimos los hechos

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Estás parado en el tráfico, con todo el estrés encima y solo se te ocurre decir “Hoy no vas a llegar”, o “Qué mal te ves hoy”.

Todas estas emociones negativas se contagian, pero estudios en neurociencia han comprobado que cuando nos hablamos en tercera persona (es decir por el nombre), se alejan todas estas emociones de nuestro ser. 

Ante los últimos acontecimientos, agobios y cosas frustrantes que pasan día a día, es mejor de vez en cuando, poner cierta distancia para generar una mejor percepción y segregar una bioquímica que tenga como resultados emociones positivas.

Hablarnos en tercera persona, aunque no lo creas, cambia todo el proceso de narrativa en el cerebro, porque a través de las palabras, percibimos los hechos.

Pero ojo, todas las acciones positivas sí debes decírtelas en primera persona, para atraer dicha emoción.

Recuerda que la percepción es nuestra interpretación de la realidad, y aunque no siempre es la correcta, es la forma en que pensamos, sentimos y vemos al mundo.

En conclusión, cuando quieras reducir tu estrés o estés platicando una experiencia negativa, háblate en tercera persona para reducir tus niveles de cortisol y vivir mejor.

 

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