Tipos de inteligencia y cómo desarrollarlas

Creer que una persona inteligente es la que sacaba puro 10 en la escuela es medieval. Conoce las inteligencias que tiene una persona y aprende a usarlas a tu favor

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Por: Elena Carrillo

El hombre no se compone de una sola inteligencia, de hecho, según Howard Gardner, psicólogo y profesor de la Universidad de Harvard, tenemos siete que se vinculan en tres sistemas básicos en el cerebro: coeficiente intelectual, inteligencia emocional e inteligencia espiritual. La segunda la hemos aprendido a entender y usar, pero la tercera la tenemos o muy olvidada o muy escondida. Hay que conocerla y aprender a usarla.

Señales de que tu inteligencia espiritual está rota:

  • Tienes un ego enorme
  • Crees que no tienes sentido de vida
  • Te preocupas más por tu rol público que por tu ser interior
  • Estás obsesionado con el poder
  • Criticas excesivamente a otros y a ti mismo
  • Pecas de soberbia, frialdad y decidia

¿Cuál es cuál?
La clásica, la intelectual
Veinte por ciento del éxito que deseamos depende de nuestra capacidad intelectual, que es la habilidad para resolver problemas, razonar, comprender casos complejos, pensar de forma abstracta, , planear y desempeñarnos cognitivamente. El otro ochenta por ciento se sustenta en el autodominio emocional y en el desarrollo que logremos de la inteligencia espiritual. O sea, la inteligencia que en la escuela pensábamos que era la más importante es sumamente útil, pero ni de chiste lo es todo.

La que medio sabemos qué es, la emocional
Sobre inteligencia emocional se ha hablado mucho. Desde 1983, cuando el mismo Gardner introdujo el concepto, conocimos la deficiencia de los tests de coeficiente intelectual para medir la inteligencia de un ser humano de modo integral. El uso de nuestra inteligencia emocional es la destreza con la que nos automotivamos, la intensidad con la que perseveramos, la empatía y entusiasmo que llevamos a los demás. Esta viene de una combinación entre la genética y el entrenamiento emocional que recibimos de nuestros papás cuando éramos niños.

La que ni idea teníamos que existía, la espiritual
¿Podrías hacer una lista de lo que has aprendido sobre humanidad en ti mismo?¿Te interesa el significado y sentido de tu vida? ¿Resignificas tus fracasos e intentas buscar el bien común? Si dijiste que sí a alguna, tu inteligencia espiritual está despierta. Aunque no lo creas, somos seres esencialmente espirituales, buscamos respuestas trascendentes e intuimos que somos mucho más que reflejos en el espejo o historias de finales trágicos o felices. El crecimiento de nuestro espíritu no depende en lo absoluto de una religión, eso es, más bien, un sistema de normas, ritos, creencias y dogmas (que si es lo tuyo, adelante, cada quien decide cómo expresar su espiritualidad). Gordon Allport, psicólogo estadounidense, demostró que experimentamos espiritualidad muchas veces fuera de las fronteras religiosas. El punto es que una no va atada a la otra.

¿Y pa’ qué me sirve?
Definida también como inteligencia existencial o trascendente, es la facultad de cavilar, tomar distancia de la realidad, proyectar la vida con orden, enfocada al bienestar y no solo a la consecución de objetivos aleatoriamente.

Se trata de extraer recursos desde lo más profundo de nuestro ser para poder afrontar la incertidumbre, el dolor y el misterio que nos trae la vida. Cada vez que reconocemos que amamos la existencia y que no será fácil vencernos, abandonarnos o ser mediocres y conformistas, en esos momentos se hace real la capacidad interna e innata del cerebro para permanecer conectado a nuestra sabiduría profunda, que solo puede venir de lo sagrado que nos ha creado, es decir, desplegamos nuestra inteligencia espiritual. Según Francesc Torralba Roselló, doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona y doctor en Teología por la Facultad de Catalunya, la inteligencia espiritual es una capacidad natural del ser humano. ¿De dónde viene? Existen varias teorías, pero básicamente, en distintas culturas del mundo se le ha visto como una respuesta de trascendencia, ya sea como propuesta filosófica o dogma religioso.

¿Y cómo le hago?
Desarrollar nuestra inteligencia espiritual no significa reclusión, aislamiento o veda de la vida mundana, por el contrario, el entrenamiento debe estar dirigido a conseguir la constante fluidez entre nuestra inteligencia emocional, cuerpo físico, mundo psíquico e inteligencia espiritual. Cuando no logramos una vida espiritual, surge nuestra insistencia en la razón, la verdad absoluta y la necesidad de justicia. Lo más divino de nuestra existencia es nuestra humanidad, el sentido de la vida lo decide cada quien y no encontrarás nada más sagrado que mirarte en los ojos de los que amas y te mana sin ninguna vergüenza, duda o falsedad.

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