Salud mental
Por: Erick Pinedo
Descubre por qué la salud mental en los hombres importa (y mucho), cómo cuidarla sin pena y qué hacer cuando el “yo me aguanto” ya no alcanza.
Mientras medio mundo habla de autocuidado y emociones, hay un grupo que sigue sin levantar la mano: los hombres. Porque aunque el burnout, la ansiedats y la tristeza no discriminan, muchos hombres siguen atrapados en el chip de “yo me aguanto”. Y no, no está nada cool. La salud mental en los hombres sigue siendo un tema ignorado, escondido o disfrazado. Pero los números no mienten: según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el suicidio es hasta tres veces más alto en hombres que en mujeres en América Latina. En México, el INEGI lo confirma: casi 80% de los suicidios los cometen ellos.
Desde chavitos les enseñaron que llorar es “de niñas”, que no hay que hablar de lo que duele y que, si te rompes, te lo arreglas solito. Resultado: una generación de hombres que se tragan todo hasta que revientan como olla exprés.
La Universidad de Harvard explica que muchos hombres no presentan la típica “depre de novela”. En vez de llorar, se aíslan, se enojan por todo, toman de más o se clavan en la chamba. Pero como eso es “de lo más normal”, nadie les pone atención.
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Duerme como se debe, ábrete con alguien, pide ayuda pro, pon límites, llora sin culpa, y di “me siento mal” sin remordimiento. Por el contrario: no te calles todo, no te burles del que sí va a terapia, deja de pensar que “esto ya se me va a pasar” o de creer que la salud mental “no es cosa de hombres”.
La salud mental en los hombres es un SOS. Porque si no la cuidas, se cae todo el teatrito. Se cae la pareja, la chamba, la salud y hasta las ganas de estar. Lo que no se dice, se enferma. Así que deja de hacerte el fuerte y empieza por lo básico: hablar, escuchar, pedir ayuda. Eso también es quererte.
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