Salud mental
Por: Sofía Leviaguirre
Frases que jamás deberías decirte. Aquí te decimos cuáles son y por qué son terribles para tu cerebro según la neurociencia.
Todos tenemos una vocecita interior que veces nos echa porras, pero otras, parece que se dedica a sabotearnos. Y sí, las dos son normales, peeero hay frases que jamás deberías decirte. Aquí te decimos cuáles son, por qué son terribles para tu inconsciente, y cómo darles la vuelta.
Hay frases que repetimos sin darnos cuenta y que poco a poco van lastimando nuestra autoestima y motivación. La ciencia lo confirma: el lenguaje que usamos con nosotros mismos impacta directamente nuestras emociones, decisiones y hasta nuestra salud mental. Así que pon atención a esta lista de frases que jamás deberías decirte porque cambian tu mente según la neurociencia.
Nadie nace sabiendo. El aprendizaje es un músculo que se fortalece con práctica, errores y paciencia. Decir esto es como cerrar la puerta antes de intentar abrirla. Mejor cambia esta creencia por “quiero mejorar en esto”.
Generalizar a partir de un error es injusto contigo. Un tropiezo no define tu capacidad, define un momento, y los momentos se superan. Cambia esta creencia por “de los errores, se aprende”.
La frase favorita para no empezar. La realidad es que el tiempo se hace cuando algo es prioridad. Si no tienes tiempo, pregúntate si en verdad quieres hacerlo o si hay algo que podrías dejar de lado. Mejor, comprométete diciendo “voy a buscar el tiempo”.
Compararte es un juego en el que siempre pierdes, porque solo ves la superficie de los demás. Lo valioso es ser la mejor versión de ti, no la copia de alguien más. Prueba decirte “Me gustaría aprender de ellos”.
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A los 30, a los 50 o a los 80, siempre es más tarde que ayer y más temprano que mañana. No es el tiempo el que decide, eres tú y tus acciones. Mejor di “Más vale tarde que nunca”.
La inteligencia no es solo IQ. También es curiosidad, creatividad, adaptabilidad y ganas de aprender, y todas se desarrollan. Mejor repítete “Quiero saber más sobre esto”.
Spoiler: no desaparece. Los problemas que evitamos normalmente solo se hacen más grandes. Afrontarlos, aunque incomode, es el primer paso para resolverlos. Acá te conviene decir “voy a resolverlo poco a poco”.
Tu diálogo interno puede ser tu mayor enemigo o tu mejor aliado. Cuidar las palabras que te dices es super importante para cuidar tu salud mental, porque es lo que le estás dando a tu cerebro para trabajar.
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Por: Sofía Leviaguirre