Salud mental
Por: Erick Pinedo
Aprende a reconocer si estás actuando como madre de tu mamá, qué impacto tiene en tu vida emocional y cómo volver a tu lugar sin culpa ni caos interno.
¿Sientes que ya trabajaste tu relación con mamá, pero algo sigue doliendo? Puede que estés cargando más de lo que te toca. Si tú eres quien resuelve, decide, paga, consuela o cuida como si fueras la adulta, y tu mamá la niña… estás invirtiendo el orden natural de la vida. Eso, aunque venga del amorsss, puede estar bloqueando tu relación de pareja, tu éxito o tu paz. Marcar límites no es falta de cariño, sino un acto de madurez emocional. Aquí te damos las claves para soltar ese rol cuando eres la mamá de tu mamá.
Haz este mini check list:
Si contestaste “sí” a una o más, podrías estar ocupando el rol y eso no te está dejando avanzar.
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Según especialistas en desarrollo emocional, cuando te haces cargo emocional o físicamente de tu mamá desde pequeño (parentificación o role reversal), es común que de adulto te cueste avanzar en tus relaciones, tu trabajo o autoestima porque aprendiste que cuidar al otro era más importante que cuidarte a ti.
Tu energía vital pasa de nutrir tus proyectos, relaciones o vida personal a atender las demandas del pasado, lo que genera desgaste emocional. Un estudio publicado en Psychology Today analiza cómo este rol invertido puede afectar la salud mental, con efectos como ansiedad, culpa, problemas de pareja y dificultad para poner límites.
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Ella tiene historia, herramientas y decisiones que solo a ella le tocan.
Desde llamadas hasta trámites o juicios sobre su forma de vivir. Luego escribe cómo podrías soltar, delegar o simplemente observar.
Con respeto y honestidad, comparte tu necesidad de equilibrar el vínculo.
Tu trabajo no es “salvarla”, es cuidarte a ti primero. Los pequeños cambios bien intencionados pueden abrir puertas donde hoy hay culpa, enojo o cansancio.
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A veces hay heridas invisibles que siguen vivas y se cuelan en todo: pareja, trabajo, amistades. Por eso, observar el vínculo madre-hijo desde el amor y el límite puede ser uno de los caminos más potentes de sanación.
Como dice la frase: “cuando tú cambias, todo cambia”. No se trata de hacer menos por mamá, sino de hacerlo desde un lugar sano, adulto y libre de culpa.
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Por: Erick Pinedo