Terminar la relación con tu terapeuta es una decisión difícil, pero recuerda que eres libre de elegir el tipo de apoyo que necesitas.
Decirle adiós de a tu terapeuta es complicado, al final es alguien en quien confías y quien le estás contando todo que pasa en tu vida, así dar el paso de dejarlo puede ser aterrador. Peeero, es fundamental recordar que eres libre de elegir el tipo de apoyo que mejor se ajuste a tus necesidades y circunstancias.
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Sin embargo, es también muy importante que no dejes de ir a la terapia sin avisar, de un día a otro, sino que lo hables con tu terapeuta. Si es un asunto de dinero, quizá pueda darte opciones. Si es porque sientes que no estás avanzando, háblalo y revisa las expectativas y los logros que has tenido en el tiempo que llevas.
Entender que es un proceso de terapia no es una cuestión de unas veces y ya. Se necesita de tiempo y compromiso. Algo que debes de saber es que normalmente después de las primeras sesiones la resistencia puede aparecer, sobre todo si ya te sientes un poco mejor de cuando llegaste la primera vez. Pero si nada te convence de quedarte en terapia, haz las cosas bien y sigue estos consejos:
Sí o sí debes comunicar de manera clara y respetuosa tu decisión de poner fin a la terapia. Puede ser útil programar una sesión final para abordar tus motivos para dejar de ir a tus sesiones y discutir cualquier preocupación que puedas tener.
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Di abiertamente tus razones para cancelar tu terapia, ya sea por falta de resultados, que ya no te alcance u otros motivos. Es clave ser honesto con tu terapeuta para que entienda tu perspectiva.
Si te gusta la terapia, pero no te sientes tan cómodo en cómo la estás tomando, pregunta por otras opciones. Podrían ofrecerte sesiones menos seguidas, terapias de grupo para también conocer a otras personas, o algo más parecido a los servicios de apoyo comunitario. Tú eliges lo mejor para ti.
Decidas o no seguir con la terapia, es importante cuidar tus emociones y buscar maneras saludables de manejar el estrés y las dificultades. Actividades como el ejercicio, la meditación, el arte, la lectura o pasar tiempo con tus seres queridos pueden ser recursos valiosos para tu salud mental.
Recuerda que buscar terapia es un acto de valentía y autocuidado, y no hay nada de malo en tomar la decisión de dejarla si sientes que no está cumpliendo tus expectativas o necesidades en ese momento. Lo más conveniente es priorizarte y encontrar el tipo de apoyo que te ayude a crecer, sanar y desarrollarte de la mejor manera posible.
Ahora que ya sabes cómo decirle adiós a tu terapeuta, sigue los consejos de la Jefa para buscar la terapia ideal para ti.
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