9 lecciones para estar contigo de la mejor manera

Típico que ya no aguantas tu trabajo o a tu peor es nada, necesitas un cambio de vida radical, pero no terminas de hacer nada para moverte de donde estás parado

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El doctor Wayne Dyer lo llama: zonas erróneas. Es eso que estás haciendo mal pero que para tu buena suerte puedes cambiar, porque la ventaja es que tú estás a cargo y puede escoger hacer diferente a lo que no está resultando.

  1. Enfócate en la inteligencia verdadera
    Olvídate de resolver ecuaciones complicadísimas, la verdadera inteligencia se mide por una vida feliz. Contesta esto y ve qué tan feliz eres:
    -¿Vives cada momento como si fuera el último?
    -¿Aprovechas al máximo tus posibilidades?
    -¿Eliges lo que te hace feliz siempre?
    -¿Evitas lo que te hace infeliz?

    2. Deja el control
    Si tratas de controlar te vas a frustrar mucho, mejor concéntrate en aceptar y ya estás del otro lado. Tú eliges qué sentir en cada momento de tu vida. Lo que sí controlas es tu pensamiento, así que trabájale ahí. Y un sentimiento es una reacción física a un pensamiento.

    3. Piensa diferente
    Tú crees que tu suegra te odia, pero si tú no supieras que te odia serías igualmente infeliz, entonces lo que en realidad te tortura es lo que tú crees que tu suegra piensa, tú eres tu propio verdugo, la suerte es que esto te permite cambiar el chip. Eso mismo es para todas las áreas de tu vida. Tu cerebro es súper potente, entonces úsalo para tu bienestar.

    4. Hazte cargo de ti
    Deja de echarle la culpa a los otros, olvídate para siempre de frases como “me haces sentir mal” y cámbiala por “me hice sentir mal” porque tú eres el único responsable de permitirles a los otros ponerte de mal humor o hacer que te sientas herido. Tú eres el responsable de lo que sientes y puedes aprender a pensar diferente sobre casi cualquier cosa.

    5. No te quedes inmóvil
    Todos hemos pasado por esos periodos en que nomás no hay forma de dejar tu cama y ponerte a hacer algo, o cuando dudas entre si ir a una cena con tus amigos o al cine y terminas por no hacer nada. O cuando en el trabajo uno de tus compañeros te hace enojar tanto que sientes que vas a estallar y solo te quedas paralizado, con el estómago y la cabeza en llamas pero sin poder moverte. Casi todas las emociones negativas hacen que te quedes inmóvil, así que lo mejor es sacarlas de tu vida para que el movimiento regrese.

    6. Lo único que importa es el presente
    Es cierto que lo que nos rodea no ayuda mucho para concentrarnos en el presente, que si piensa en el mañana, que el futuro ya está aquí, que ahorra para la vejez, etc. pero nosotros solitos también nos metemos el pie, estás en clase de yoga y en pleno inhala, exhala, no dejas de hacer una lista mental de todos tus pendientes apenas salgas de ahí. Haz un alto y aférrate al presente que es lo único que de verdad tienes. Dale la importancia que tiene, valóralo y no lo desperdicies, que si se te va no hay manera de recuperarlo.

    7. Ámate por sobre todas las cosas
    Sientes que tu pareja no agradece el tiempo que le dedicas, que tus hijos no valoran los esfuerzo que haces para pagar sus colegiaturas, que nadie está viendo todo lo que haces por los otros. ¿Y qué hay de ti? Desde chiquitos aprendemos que pensar en nosotros primero es egoísta y que eso está mal visto. Pero te tenemos noticias, para poderte relacionar con otros de manera sana, primero tienes que pensar en ti, cuidarte, aceptarte con cada uno de tus defectos, lo que se dice amarte y entonces empezarás a ver la gran diferencia con los otros.

    8. Deshazte de la culpa y la preocupación
    Son emociones inútiles, no te aportan mucho y son los extremos opuestos de la misma zona errónea. La culpa te mantiene en el pasado y la preocupación te ata a lo que todavía no llega. Haz una lista de tus culpas y preocupaciones y verás que las primeras están en el pasado y las segundas en el futuro, no estás ahí, en el presente ocuparte por algo que todavía no sucede o que ya pasó no tiene mucho sentido, así que la próxima vez que te angustie algo, piensa que preocuparte o culparte no mejorará las cosas.

    9. ¡Basta! No pospongas las cosas
    Dejas para mañana todo lo que puedes, pero ese hormigueo en las manos por no saber si lograrás terminar todos los pendientes no es saludable. Esta es como la zona errónea universal, es una manera de evadirse del presente. Si te identificas con estas frases: “espero que las cosas se solucionen solas”, “quisiera que todo fuera mejor”, “puede que se arreglen las cosas”, eres el típico que pospone todo. Pregúntate: ¿qué es lo peor que puede parar si hago lo que ando posponiendo?, ponte un horario específico para hacer la tarea y respétalo.

 

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