Golpe de Estado en horario estelar

Viernes, horario estelar, medios locales, nacionales e internacionales el mundo viendo un intento de golpe de Estado en Turquía.

Compartir

No acabábamos de procesar el brutal ataque en Niza cuando el pasado viernes experimentamos algo nunca antes visto. La transmisión en vivo de un intento de golpe de Estado. Rápidamente las redes sociales alertaron del hecho y millones en todo el mundo quedamos atrapados en la transmisión televisiva, por las cadenas de mayor alcance global y las locales, de lo que estaba ocurriendo en esos instantes en Turquía.

mapa-turquiaTurquía ya tiene historia en ese sentido, había vivido 4 golpes de Estado con anterioridad. La primera impresión es que la ruptura del orden constitucional y la destitución de un gobierno democráticamente electo por parte de los militares es reprobable y casi nunca justificable. El caso turco tiene muchos matices.

Lee: La violencia que no se ve también existe

Desde su fundación en 1923, la Turquía moderna fue concebida como una república secular. El ejército quedó como el guardián de la laicidad. Se trata de uno de los ejércitos más grandes del mundo.

Por su parte el actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, se desempeñó como primer ministro por 11 años y lleva dos en su actual cargo, ha gobernado con mano dura ejerciendo un control creciente en todas las instancias del Estado, restringiendo la libertad de expresión y otras libertades democráticas, controlando las redes sociales y aumentando la presencia del islam en la vida pública.

Turquía ha vivido en años recientes tensiones entre sectores seculares y religiosos y con los kurdos que buscan su independencia. Es un actor central para el control de refugiados de Siria e Irak que pretenden llegar a Europa, desde su territorio se realizan operaciones para atacar al autodenominado Estado Islámico, es la bisagra entre occidente y oriente.

El intento de golpe de Estado, sospechosamente muy mal organizado, fracasó a las pocas horas dejando un saldo de cerca de 300 personas muertas. Erdogan llamó por redes sociales a la movilización para impedir el golpe, curiosamente a través de las mismas redes sociales que él ha estado censurando.

Te interesa: No por ignorarla la tragedia desaparece

A partir de entonces y hasta el martes pasado, la mano dura de Erdogan ha comenzado a operar de manera preocupante. Han sido separados de su cargo o arrestados más de 6 mil militares, 9 mil policías, 3 mil jueces, cientos de burócratas, decenas de políticos prominentes, más de 16 mil trabajadores de la educación. Es inevitable preguntarse si en un tiempo tan corto se puede identificar a tantos supuestos golpistas. Podría entenderse en el caso de militares, habría que ver si todos estuvieron relacionados con el golpe, pero en el caso de jueces, profesores y burócratas más bien parece una limpia de voces opositoras. Algo que abona a esta hipótesis es la revocación de licencias a 24 estaciones de radio y televisión, así como el bloqueo de decenas de sitios de Internet.

Evidentemente el gobierno democráticamente establecido tiene la obligación de mantener el orden constitucional pero el intento de golpe de Estado no es un cheque en blanco para endurecer las políticas. Sin embargo, lo que parece estar ocurriendo es que en lugar de buscar fortalecer al Estado, Erdogan busca fortalecerse a sí mismo. Ha insinuado con querer restablecer la pena de muerte. Sus discursos tienen una alta carga nacionalista y religiosa, habla de los opositores con términos como “virus”. Buena parte de sus seguidores, la población que salió a las calles a impedir el golpe, lanza consignas religiosas y no de respaldo al Estado.

La vida democrática es mucho más que elecciones. Los responsables del golpe deben responder ante la justicia mediante procesos justos y transparentes. No se debe tolerar el ataque a los derechos humanos en nombre de la seguridad.

¿Te gustó esta nota? Califícala

1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (16 votes, average: 4.44 out of 5)
Loading...

Sé el primero en comentar este artículo

Dejar una respuesta