Nutrición
Por: Sofía Leviaguirre
Los antojos a veces son el idioma del cuerpo para decirte que algo le falta. Acá te ayudamos a descubrir qué significan tus antojos.
¿Te ha pasado que de pronto mueres por algo dulce o que no puedes dejar de pensar en unas papas con limón y chile? No es casualidad, los antojos no siempre son solo antojos, a veces son el idioma del cuerpo para decirte que algo le falta. Acá te ayudamos a descubrir qué significan tus antojos.
Aunque muchas veces los antojos se relacionan con emociones, la ciencia también ha demostrado que pueden ser señales de desequilibrios nutricionales u hormonales. En otras palabras: tu cuerpo tiene hambre, pero de algo muy específico.
Cuando no puedes resistirte a las galletas, el pan o el chocolate, es posible que tu cuerpo esté buscando energía rápida. Esto puede ser señal de bajos niveles de glucosa en sangre. Si pasas muchas horas sin comer o desayunas poco, tu cuerpo busca compensar con azúcar. Te falta magnesio, cromo o triptófano. Estos minerales y aminoácidos están relacionados con el equilibrio del azúcar y la producción de serotonina, la hormona de la felicidad. El cerebro también asocia lo dulce con placer y confort instantáneo.
En lugar de azúcar refinada, busca fuentes naturales como fruta, dátiles o chocolate amargo (70% de cacao o más). Aumenta alimentos ricos en magnesio como plátano, aguacate, almendras y espinaca.
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El deseo por papas fritas, cacahuates o palomitas saladas puede indicar que te falta sodio o estás levemente deshidratado. Cuando el cuerpo pierde electrolitos por sudor o falta de agua, pide sal. También es señal de fatiga suprarrenal. Las glándulas suprarrenales (que regulan el estrés) pueden pedir sodio cuando están sobrecargadas. Comer salado genera una sensación de recuperar energía temporal.
Toma más agua, especialmente si haces ejercicio o tomas mucho café. Añade sales minerales naturales (como sal del Himalaya o sal marina) y alimentos ricos en potasio, como aguacate y plátano.
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Probablemente tu cuerpo esté pidiendo combustible emocional o físico. Esto puede estar relacionado con bajos niveles de serotonina, dietas muy restrictivas, falta de sueño o estrés crónico. Incluye carbohidratos complejos (avena, camote, quinoa, legumbres) y no te saltes comidas.
Tu cuerpo podría estar agotado y buscando equilibrio. Este tipo de antojo suele aparecer después de un día estresante, cuando los niveles de cortisol y azúcar en la sangre están desajustados.
Intenta comer de manera regular, hidratarte bien y no abusar del café. Un snack equilibrado como nueces con trozos de chocolate amargo o una manzana con crema de cacahuate puede ayudarte a estabilizar tus niveles de energía. Dormir bien también regula el apetito y los antojos.
Cuando aprendes a leer tus antojos, dejas de pelear con ellos y comienzas a entender lo que tu cuerpo necesita para sentirse en equilibrio.
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