Salud
Por: Mariel Arizmendi
Los cotonetes se usan para varias cosas, pero para los oídos neveeer. Aquí te decimos los principales peligros de usar cotonetes para limpiar los oídos.
Si eres de los que sale de bañarse y automáticamente agarra un cotonete para limpiarse los oídos, tenemos algo que decirte. Es hora de decir esas verdades que nadie quiere escuchar. Ese hábito de usar cotonetes para limpiar los oídos, no es otra cosa más que algo inútil y pésimo para tu salud.
Existe la creencia de que hay que limpiar la cera del oído porque es suciedad, pero la realidad es totalmente contraria, de hecho al quitártela con los cotonetes lo único que haces es empeorar el asunto e interrumpir un proceso de limpieza natural del cuerpo. Pero que no cunda el pánico, aquí te explicamos con peras y manzanas, por qué está mal.
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El cerumen se produce por las glándulas del canal auditivo, y no, no es algo malo ni es sucio, al contrario, es un sistema de defensa natural que protege al oído de muchas cosas:
Y no hace falta que lo limpies, porque el cuerpo lo hace solito. Cuando masticas, cuando hablas, y con el movimiento natural de la mandíbula, la cera vieja se empuja hacia la abertura del oído, donde se seca y se cae de forma natural.
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Para empezar, los cotonetes no están diseñados para limpiar el oído de forma segura, y cuando introduces uno no estás ayudando, estás interrumpiendo un proceso perfectamente natural, y eso conlleva ciertos riesgos:
Los cotonetes pueden limpiar la parte superficial de la cera, pero la otra mitad es empujada hacia el fondo del canal auditivo, justo contra el tímpano. Con el tiempo, esta cera se compacta y crea una especie de tapón duro que puede causar:
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El oído es suuuper delicado, un movimiento en falso, por accidente o por empujar el cotonete con demasiada fuerza, puede perforar el tímpano. Esto aparte de ser increíblemente doloroso, puede llevar a una pérdida de audición temporal o permanente.
Y por si no fuera poco, al raspar la delicada piel del conducto auditivo con el algodón, puedes causar pequeñas heridas que se convierten en la puerta de entrada perfecta para las bacterias. Además, al eliminar el cerumen, dejas el oído completamente desprotegido, lo que facilita las infecciones.
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Lo mejor que puedes hacer es limpiar solo lo de afuera. Puedes usar la toalla o un paño suave húmedo para limpiar suavemente el exterior de tu oreja. Hazlo con movimientos ligeros y sin mucha presión. Puedes usar los cotonetes, pero solo para la parte visible, sin introducirlos.
Si realmente sientes que tienes un problema de acumulación, no intentes resolverlo en casa con inventos de YouTube. Consulta a un otorrinolaringólogo. Ellos pueden remover el exceso de cera de forma segura usando herramientas especializadas o mediante un lavado.
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Por: Mariel Arizmendi