Nutrición
Por: Sofía Leviaguirre
¿Cómo disfrutar las fiestas patrias sin indigestión? Aquí te damos los tips que necesitas para sobrevivir septiembre sin empanzonarte.
Septiembre en México es sinónimo de antojitos: pozole, tostadas, pambazos, chiles en nogada, tequila y cerveza. Peeero comer así siempre trae consecuencias. ¿Cómo disfrutar sin pagar la factura con indigestión? Aquí te damos los tips que necesitas para sobrevivir septiembre sin empanzonarte.
Sí, todos amamos las fiestas patrias, pero no todos podemos comer lo que nos da la gana. Para muchos, ese segundo plato de pozole es la razón por la que el pantalón no cierra después de la comida. Y no, tampoco es onda que tengas que cambiar tu clóset por las fechas. Por eso, estos tips para celebrar sin empanzonarte son vitales.
El error más común es saltarse comidas para “guardar espacio” para la noche mexicana. Lo único que logras es llegar con un hambre feroz y comer el triple. Mejor desayuna ligero y balanceado, así, en la comida, disfrutas sin excederte.
Antes del pozole y las garnachas, sírvete un plato de ensalada de nopales o verduras al vapor. La fibra ayuda a que te sientas satisfecho y digieras mejor lo que viene después. Piensa en las verduras como tu escudo protector contra la empanzonada.
El pozole es la joya de la corona, pero el maíz puede inflamar si comes de más. En lugar de comerte porción triple, sírvete un plato moderado y acompáñalo de rábanos, lechuga y orégano, que ayudan a la digestión.
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No esperes a la sed. Hidrátate durante el día y en la fiesta intercala tu tequila, cerveza o mezcal con vasos de agua. Así ayudas al cuerpo a procesar el alcohol y evitas la panza inflamada del día siguiente.
Come despacio. Tu cerebro tarda unos 20 minutos en registrar que ya estás lleno. Si la tentación es demasiada, súbete a bailar un buen danzón. El movimiento facilita la digestión y te da un respiro entre antojito y antojito.
En lugar de refresco, termina la cena con un té de manzanilla, hierbabuena o anís. Estas infusiones son aliadas contra la inflamación y la pesadez.
Los buñuelos, el arroz con leche y la gelatina tricolor son irresistibles, pero compártelos. Medio postre disfrutado en buena compañía, sabe el doble y pesa la mitad.
Si escuchas a tu cuerpo, comes con calma y balanceas tus elecciones, puedes disfrutar todos los antojos sin terminar con la panza a punto de estallar.
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