Salud mental
Por: Erick Pinedo
Descubre por qué te da culpa al descansar o cuando no estás “haciendo algo útil”, y cómo liberarte de esa vocecita interna.
¿Te ha pasado que decides echarte un rato a ver series, dormir una siesta, o simplemente quedarte viendo al techo… y de pronto te sientes raro? Como si estuvieras haciendo algo mal. Como si estuvieras desaprovechando el tiempo. Esa incomodidad tiene nombre: culpa por no ser productivo. Y aunque suene muy del siglo XXI, es más común de lo que crees. Conoce por qué te da culpa descansar.
Vivimos en una cultura que le da muchísimo valor a estar ocupadísimos. Que si no estás haciendo algo útil, no estás “aprovechando tu día”. Y pues no. La ciencia dice todo lo contrario: el descanso no solo es necesario, también es productivo. Así que relájate, que aquí te vamos a contar qué onda con esa culpa y cómo soltarla de una buena vez.
Según el psicólogo Devon Price, autor de Laziness Does Not Exist, el problema no es que seamos flojos, es que crecimos creyendo que nuestro valor como personas depende de cuánto hacemos. Entonces claro, si no estás chambeando, limpiando, aprendiendo algo o subiendo contenido a redes… tu cerebro se pone nervioso.
También lee: Workaholic? Señales que tienes productividad tóxica y cómo superarlo
Esto se llama culpa productiva y está relacionada con cosas como el perfeccionismo, el miedo a “quedarte atrás”, o el famoso síndrome del impostor. Todo ese rollo mental que te hace sentir que descansar es perder el tiempo, cuando en realidad es justo lo que necesitas.
Porque te entrenaron para sentirte así. Así de simple. Hay varias razones por las que el descanso se nos indigesta:
Y lo más loco: muchas veces ni disfrutas el descanso, porque ya estás pensando en todo lo que vas a tener que hacer después “para compensar”. ¿Te suena?
También lee: ¿Por qué nos sentimos mal si no somos productivos?
Aquí va la neta: no necesitas ganarte el derecho a descansar. Tu cuerpo y tu mente necesitan pausas. No es lujo, no es flojera: es salud. Según Harvard Health Publishing, el cerebro necesita ratitos de nada para poder funcionar bien. Le llaman descanso cognitivo, y sirve para que tomes mejores decisiones, seas más creativo y no te truene la tacha del estrés. ¿Listo para soltar la culpa? Empieza con estos tips:
Descansar no es “hacer menos”, es parte del proceso. Porque de nada sirve estar ocupado si andas con el cerebro frito.
Así como apuntas juntas o pendientes, aparta espacios para ti. Sí, literal: “Viernes 5 p.m.: echar flojera con dignidad”.
Pregúntate: “¿Estoy descansando o sintiéndome culpable mientras descanso?” Si es lo segundo, haz una pausa real.
Ese nervio que te da cuando no haces nada… es ruido mental. No lo corras, escúchalo. Luego se va.
Tu valor no se cuenta en tareas tachadas, likes o juntas productivas. Descansar también es existir.
Sentir culpa al descansar no significa que algo esté mal contigo. Significa que creciste en un sistema que confunde valor personal con productividad. Pero eso se puede cambiar. Poco a poco, con práctica y con amorcito propio.
Así que la próxima vez que te tomes un break, en lugar de sentirte culpable, recuérdalo: no necesitas permiso para pausar. Lo que necesitas es reconectar contigo, darte chance y entender que descansar también es una forma de avanzar.
También lee:
Por: Erick Pinedo