Variedat
Por: Sofía Leviaguirre
Hay un evento que nos invita a bajar el ritmo y mirar al cielo: la Luna Fría de diciembre, aka, la última sacudida energética del año.
Diciembre siempre llega cargado de nostalgia, cierres y algo de prisa por acomodarlo todo antes de que el año termine. Pero hay un evento que, año tras año, nos invita a bajar el ritmo y mirar al cielo: la Luna Fría de diciembre, la última sacudida energética del año.
“Luna fría” es el nombre tradicional de la última luna llena del calendario. Más allá de su estética hipnótica, esta luna viene acompañada de una energía particular, una especie de “gran cierre energético” que muchos sienten aunque no sepan ponerle nombre.
Los pueblos originarios de América del Norte llamaban a esta luna Cold Moon porque marcaba el arranque del invierno más crudo: noches más largas, temperaturas más bajas y la necesidad de reservar energía para sobrevivir. En nuestro mundo, donde la vida sigue corriendo aunque el termómetro marque menos grados, esa invitación a “guardar energía” sigue siendo relevante, solo que ahora hablamos de energía emocional, mental y simbólica.
La Luna Fría nos recuerda que estamos al final de un ciclo. Y sí, cada fin de año trae balances, pendientes, culpas por lo que no salió y gratitud por lo que sí. Pero esta luna añade una capa extra: es un llamado a ordenar lo interno para darnos una pausa necesaria. Su energía se siente como un reset suave, una oportunidad para soltar lo que pesa antes de cruzar la puerta del nuevo año.
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La energía de esta luna es una mezcla entre claridad y quietud. Por un lado, la Luna Fría le echa la luz a temas que quizá has estado evadiendo: decisiones que pospones, emociones que escondes, conversaciones que te debes. Por el otro, nos invita a tomar un break. Es una luna que aclara, pero no empuja.
A nivel emocional, es común sentir introspección profunda, una necesidad casi física de poner límites, ordenar, limpiar, cerrar. No es casual que tantas personas terminen limpiando clósets, contactos, hábitos o creencias. La Luna Fría actúa como un espejo para ver lo que hay que soltar.
Para aprovechar la energía de la Luna Fría, puedes:
La Luna Fría no viene a darte un último respiro antes del año nuevo. Es un cierre, una pausa necesaria, como un recordatorio celestial de que, incluso en la oscuridad más fría, siempre hay luz para empezar de nuevo.
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