Salud
Por: Sofía Leviaguirre
¿Por qué no se va aunque tomes litros de té de jengibre? Aquí te explicamos por qué vives inflamado y cómo arreglarlo.
Si te levantas con la panza inflada, comes algo light y sigues como globo, no estás solo. La inflamación es ese algo incómodo que a muchos nos pasa y no sabemos qué hacer con ella. Pero, ¿por qué pasa? ¿Y por qué no se va aunque tomes litros de té de jengibre? Aquí te explicamos por qué vives inflamado y cómo arreglarlo.
La inflamación es una respuesta natural del cuerpo. Es como una alarma que se activa cuando hay una agresión: una herida, una infección, un alimento que no le cayó bien. El problema es cuando esa alerta nunca se apaga y se vuelve crónica. Ahí ya no protege, sino que daña.
El combo galletas + refresco + pan dulce es gasolina para la inflamación. El exceso de azúcar, grasas trans y harinas refinadas dispara sustancias pro inflamatorias que hacen que tu cuerpo viva en estado de alarma. Cambia un snack procesado por fruta con nueces. Tu cuerpo sí nota la diferencia.
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Correr contra el reloj, preocuparte por todo y dormir poco no solo arruga la cara: también inflama. El cortisol, la hormona del estrés, desbalancea todo tu sistema. Y un cuerpo estresado difícilmente desinflama, porque la alerta nunca se apaga.
El insomnio o dormir menos de 7 horas de calidad altera la reparación celular y dispara marcadores inflamatorios. O sea, no importa si te quedaste hasta las tres de la mañana viendo Netflix o trabajando, no dormir, inflama.
Algunas enfermedades como síndrome de intestino irritable, resistencia a la insulina o problemas de tiroides pueden generar inflamación constante. Si llevas meses así, no lo dejes pasar: puede haber algo más profundo detrás.
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Ser sedentario hace que te inflames más fácilmente. Peeero, ojo, porque el otro extremo tampoco es bueno. Matarte en el gym sin descanso eleva el estrés oxidativo y tu cuerpo responde con más inflamación. El balance es la clave para desinflamarte.
Hay pequeños cambios en tu día a día que pueden hacer una diferencia monumental. Por ejemplo:
Si sientes que tu cuerpo vive en modo hinchado permanente, no es solo “mala digestión”. Puede ser tu estilo de vida gritándote que pares. El gran secreto no está en darle a tu cuerpo lo que necesita para calmarse: descanso, comida de verdad y paz mental.
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Por: Sofía Leviaguirre