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Master moi

¿Por qué no ves bien de cerca?

Si no ves bien de cerca, aquí te dejamos tres opciones de remedios para eso, no tienes que acudir al médico inmediatamente.

César Sánchez

¿Estás por rebasar o acabas de rebasar los cuarenta? ¿Ya pasaron lo mejores momentos de tu juventud y ahora eres un adulto contemporáneo? ¿Ya empezaste a sentir que tienes algunas dificultades para ver de cerca? Bienvenido, has llegado al territorio de la vista cansada; un término coloquial para la presbicia, o visión del adulto.

¿Qué es? Durante toda nuestra juventud disfrutamos de una excelente visión de cerca, hasta podíamos leer el poema de Nezahualcóyotl en los billetes de cien pesos. Sí, hay escrito un poema ahí. Sin embargo, con el paso de los años, el ojo va perdiendo la capacidad de enfoque cercano.

Imagina que el ojo es una cámara fotográfica con un sistema de autoenfoque, el mecanismo automático te permite tomar imágenes perfectas a cualquier distancia, tiene una excelente profundidad de foco. Si el mecanismo se descompone, todas las fotos las tendrás que ajustar manualmente. El ojo también tiene un sistema automático de enfoque llamado acomodación. Los niños tienen una acomodación muy poderosa que les permite ver muy bien a casi cualquier distancia, incluso, cuando necesitan lentes para ver bien, sus ojos, en ocasiones, son capaces de disminuir esa graduación y permitirles ver relativamente bien. En la edad adulta esa magia se pierde progresivamente, hasta que rebasamos la fatídica edad de los cuarenta años. El cristalino, nuestro lente interno que permite enfocar los objetos, pierde flexibilidad, se hace duro, lo que impide que el ojo modifique su curvatura interna y ahí aparece la presbicia.

Un día, de pronto, te das cuenta que no ves bien los números en tu celular, incluso, que tienes que alejar el brazo para tratar de enfocar lo que dice. Te das cuenta que se te dificulta leer la carta en un restaurante y, si además hay poca luz, se convierte en un dilema mayúsculo. Si eres mujer, ya no ves bien para ponerte el rímel y el delineador, para pintarte las uñas, para leer las etiquetas de los medicamentos: catástrofe.

La vista cansada afecta únicamente la visión cercana. Estas son algunas formas de manejarla:

  1. Lentes de vista cansada

La vista cansada se mide en dioptrías de graduación. Empieza en 0.50 y va aumentando en el transcurso de 10 años hasta llegar a tres dioptrías, que es la graduación máxima a la que llega, cuando ya no ves ni el plato que comes. Para eso, puedes ir a una farmacia, medirte unos lentes hasta que te sientas a gusto con una distancia de lectura de 30 centímetros. En estos lentes no vale la pena hacer la gran inversión, porque con mucha frecuencia los perdemos, los tiramos o nos sentamos en ellos por dejarlos sobre la cama.

  1. Monovisión

Se usa un lente de contacto en un solo ojo para que ese ojo vea de cerca y el otro ojo vea de lejos. Aunque suene extraño, el cerebro tiene la capacidad de adaptarse de inmediato a este mecanismo, por lo que, el que se adapta, sin mayor trámite ve bien de lejos y cerca sin pensar con cuál ojo ve que. Tengo unos veinte pacientes usando monovisión en la actualidad y son los más felices. Algunos son tan felices, que los he operado para que no usen el lente de contacto.

  1. Gotas

Hay un tratamiento a base de gotas, que aumentan la amplitud de foco y permiten que el paciente vea bien de cerca. El efecto de la gota tiene una duración de 4 a 6 horas. Por lo que la gota se usa de dos o tres veces al día. La gota tarda 30 minutos en actuar. Debo decirte que no todos se adaptan a la gota, algunos no sienten efecto alguno, otros llegan a tener dolor de cabeza.

Hay tratamientos mucho más radicales como quitar el cristalino en pacientes con más de 50 años y colocar lentes intraoculares multifocales, como en una cirugía de catarata. A mí en lo particular me parece muy agresivo, pero ya se considera una práctica estándar en el mundo. Así que, si no ves bien de cerca, lo más sencillo son los lentes, que pueden ser bifocales o progresivos, en los que no se nota la transición. Y los demás métodos ahí están, y el que los adoptes dependerá de cuántas ganas tienes de no usar esos incómodos lentes para ver bien de cerca.

Ésta es mi última colaboración del año para la Revista Moi. Les deseo lo mejor para el próximo año. Salud, en primerísimo lugar, porque de ello depende todo lo demás. Un abrazo a todos.

¡Nos vemos en una semana!

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