Salud
Por: Constanza Soto
A todos nos ha pasado días que el maquillaje se ve terrible, aquí te va el maquillaje que no le da en la torre a la piel.
El maquillaje puede hacer maravillas… o “darle en la torre” a tu piel. La razón no siempre es el producto: cada piel reacciona distinto según su tipo, su barrera y cómo la preparas. Aquí te compartimos el maquillaje que no le da daña tu piel y que te urge conocer.
La base de un buen look empieza antes del primer paso: cara limpia e hidratada. Sobre piel sucia, ningún cosmético se siente bonito, y sin humectación, la base se cuartea y el corrector marca líneas. Mini-hack: deja que tu hidratante se absorba 2–3 minutos antes de maquillarte para ese glow que parece filtro.
Otro tema que casi nadie quiere ver: la caducidad. En la parte inferior del envase encontrarás un tarrito abierto con “6M, 12M, 24M”; es el periodo después de abrir. Traducción práctica: el rímel dura 3 a 6 meses, un delineador líquido cerca de 6, bases y correctores 6 a 12, labiales 12 a 24 y polvos/sombras entre 12 y 24 meses. Si tu paleta lleva contigo desde la universidad, es nostalgia… y gérmenes. Mini-hack: anota con plumón la fecha de apertura en la base del producto.
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Sobre ingredientes, menos drama es mejor. Evita en lo posible parabenos, mercurio, BHA y BHT, especialmente si tu piel es reactiva o estás en tratamiento dermatológico. Recuerda: no existe el cosmético universalmente “malo” o “bueno”; existe lo que a tu piel le irrita o le sienta de lujo. Si algo arde, enrojece o pica, suspende y consulta a tu dermatólogo.
En fórmulas, prioriza marcas transparentes con buen control de calidad y pruebas dermatológicas. Muchas coreanas han ganado reputación por su regulación y enfoque en texturas ligeras; también hay excelentes propuestas mexicanas como TEIA o Toro Blanco que cuidan la formulación. Lo importante es leer la lista de ingredientes (INCI) y probar con cabeza fría. Mini-hack: haz un patch test en la línea de la mandíbula y espera 24–48 horas antes de estrenar “full face”.
La piel no depende solo del maquillaje: suma lo que comes, tus horas de sueño, tu rutina de skincare y, sobre todo, cómo te desmaquillas. Si usas filtros minerales, bases de larga duración o SPF, la doble limpieza por la noche es oro: primero un limpiador oleoso o bálsamo, luego uno acuoso suave. Después, hidratante, si lo necesitas, contorno. Por la mañana, menos es más: limpieza gentil, humectante y protector solar.
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Y hablando de protector solar: es la diferencia entre un look que se ve parejo todo el día y uno que se apaga a mediodía. Úsalo diario, reaplica y deja que se asiente antes de la base. Protege el colágeno, evita manchas y hace que el maquillaje luzca mejor durante más tiempo. Mini-hack: si “se barre” el maquillaje, casi siempre es exceso de crema sin absorber o falta de sellado; espera un poco y sella solo la zona T.
En resumen: prepara, hidrata, protege, respeta caducidades, evita ingredientes conflictivos y escucha a tu piel. No necesitas un cajón nuevo: necesitas estrategia. Con una rutina coherente y fórmulas cuidadas, tu maquillaje resaltará lo mejor de ti sin “llevarse entre las patas” tu piel.
Por: Constanza Soto