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05-09-2025 13:06:24
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¿Por qué odiamos los lunes? El síndrome del lunes es el culpable de tu bajón emocional

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¿Por qué odiamos los lunes? El síndrome del lunes es el culpable de tu bajón emocional

Por: Sofía Leviaguirre

El famoso síndrome del lunes no es solo un invento de la cultura pop: tiene razones biológicas, emocionales y sociales detrás.

¿Por qué los lunes parecen más difíciles que cualquier otro día? No es solo tu imaginación: el ‘síndrome del lunes’ afecta tu ritmo circadiano, tu motivación y hasta tu estado de ánimo. Tras el fin de semana, tu cerebro todavía está en modo descanso, y enfrentarte a la rutina puede sentirse como un choque de realidad. Hoy te contamos qué pasa en tu cuerpo, tu mente y por qué odiamos los lunes.

¿Por qué odiamos los lunes? El síndrome del lunes

Todos hemos sentido esa mezcla de flojera, angustia y francamente odio cuando suena la alarma del lunes por la mañana. Hay algo extraño sobre el primer día de la semana que parece pesarnos de más. Se llama síndrome del lunes y tiene más ciencia detrás de la que te imaginas.

Lo que odiamos es la rutina

Durante el fin de semana, nuestro cuerpo y mente cambian de ritmo: dormimos más, descansamos, comemos distinto y hasta nos damos chance de tener tiempo libre. El lunes rompe de golpe con esa libertad y nos regresa a la rutina laboral o escolar, lo que genera una sensación de choque. Así que cuando el cerebro aprende que lunes = estrés, reacciona muy mal cuando el calendario nos avisa que ya se nos acabó el domingo.

Detrás del síndrome del lunes

Muchos estudios muestran que los lunes son los días en los que más se reportan síntomas de ansiedad y estrés. ¿La razón? El cerebro asocia el lunes con obligaciones, pendientes acumulados y la pérdida del tiempo libre. Incluso se ha observado que la presión arterial y los niveles de cortisol, la hormona del estrés, tienden a subir más ese día.

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No es el lunes, es lo que representa

En realidad, el lunes es solo un día más en el calendario. Cuando es feriado, hasta se convierte en nuestro favorito, ¿o no? Lo que odiamos es la transición entre el descanso y la exigencia. Es el recordatorio de que hay correos que contestar, juntas que atender o tareas que entregar.

¿Cómo superar el síndrome del lunes?

Sí, esto también es superable. Todo depende de cómo veamos el día, y de resignificar el lunes para que se convierta en algo que disfrutemos semana con semana.

Prepara tu domingo: un poco de planeación hace que el lunes pese menos.

Cuida tu sueño: trata de no desvelarte el fin de semana para que tu reloj biológico no sufra el lunes.

Regálate algo: planea un café rico, una clase divertida o una cita contigo mismo el lunes para que el día tenga algo emocionante y positivo.

Cambia la narrativa: en lugar de pensar “no quiero que sea lunes”, cámbialo por “qué emoción por un nuevo inicio”. El cerebro responde mejor a enfoques positivos.

El síndrome del lunes no es culpa del día, sino de cómo lo vivimos. Si lo vemos como la oportunidad de arrancar con energía y no como el final de nuestro fin de semana, probablemente dejaremos de odiarlo tanto.

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Por: Sofía Leviaguirre

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