Vitaminas para mejorar la piel

Cuidar tu piel debe ser una parte esencial de tu rutina de salud, después de todo, es el órgano más grande del cuerpo

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Lo primero que la mayoría de los profesionales de salud te dirán para mantener una piel saludable es limitar la exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol y usar protector solar (todos los días). Pero el sol no es del todo malo… “Tomar el sol” de 10 a 15 minutos al día, ayuda a producir vitamina D, una de las mejores vitaminas para la piel, junto con las vitaminas C, E y K. Obtener suficientes vitaminas ayudará a que tu piel tenga un aspecto saludable y juvenil. ¡Te recomendamos cuatro vitaminas esenciales para la piel!

Vitamina D: se produce con mayor frecuencia cuando la piel absorbe la luz solar. El calcitriol es una versión artificial de un tipo de vitamina D que producimos naturalmente, y es una crema tópica que ha resultado eficaz en el tratamiento de personas con psoriasis. El Instituto Linus Pauling de la Universidad Estatal de Oregón recomienda una ingesta diaria de vitamina D de 600 UI al día. Puedes aumentar tu ingesta de vitamina D al:

  • Tomar 10 minutos de sol al día
  • Comer alimentos fortificados como cereales, jugo de naranja y yogur.
  • Comer alimentos que tienen vitamina D de forma natural, como el salmón, el atún y el bacalao.

Vitamina C: se encuentra en altos niveles en la epidermis (capa externa de la piel) así como en la dermis (capa interna de la piel). Sus propiedades anticancerígenas (antioxidantes) y su papel en la producción de colágeno, ayudan a mantener la piel sana, por lo que es uno de los ingredientes clave en muchos productos de antienvejecimiento. Tomar vitamina C vía oral puede mejorar la eficacia de los protectores solares. También puede ayudar a curar la piel dañada, reducir la aparición de arrugas, y reparar/prevenir la piel seca. La recomendación es de 1.000 mg al día, y puedes encontrarla en:

  • Alimentos cítricos, como naranjas.
  • Fuentes de vitamina C de origen vegetal, como fresas, brócoli y espinacas.
  • También puedes tomar suplementos, o tratamientos antienvejecimiento según lo recomendado por un médico.

Vitamina E:  también es un antioxidante. Su función principal es proteger la piel del daño solar. Normalmente, el cuerpo produce vitamina E a través del sebo, en el equilibrio adecuado, el sebo ayuda a mantener la piel “acondicionada” y previene la sequedad. Si tienes la piel particularmente seca, la vitamina E te puede ayudar. También es buena en el tratamiento de la inflamación de la piel. Si bien la vitamina E está disponible en muchos productos para el cuidado de la piel, el problema es que cualquier efecto podría minimizarse con la exposición al sol, por lo que es preferible obtenerla de alimentos. La mayoría de los adultos necesitan alrededor de 15 mg de vitamina E por día. Puedes aumentar tu ingesta al:

  • Comer más nueces y semillas, como almendras, avellanas y semillas de girasol.
  • Tomando un suplemento multivitamínico o de vitamina E.
  • Usar productos tópicos que contengan vitamina E y C.

Vitamina K: es esencial para ayudar al proceso de coagulación de la sangre del cuerpo, lo que ayuda a sanar heridas y moretones. También se cree que ayuda a otras afecciones como: estrías, cicatrices o círculos oscuros en los ojos. Se puede encontrar en diferentes cremas, sin embargo, investigaciones han comprobado que los efectos de la vitamina K en la piel son más limitados que los de las vitaminas E y C. Los adultos necesitan entre 90 y 120 ug al día, y puedes aumentar tu ingesta comiendo: col rizada, espinaca, lechuga, repollo y judías verdes.

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