Ayuda internacional ante catástrofes

Las emergencias pueden surgir por guerras, violencia generalizada, inundaciones, terremotos... ¿a quién le afecta más?

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Las semanas recientes han estado marcadas por desastre naturales. Ya sean terremotos, inundaciones o fuertes vientos producto de huracanes. Esto nos hace recordar, a un muy alto costo humano, que en el planeta estos fenómenos ocurren de manera frecuente. Debemos preocuparnos y hacer algo por los frágiles equilibrios medioambientales que hemos ido rompiendo.

En algunos casos estos desastres naturales golpean países con gran capacidad técnica y económica para hacer frente a la crisis humanitaria y a la destrucción de infraestructura. Pero la mayoría de las veces esto ocurre en países sin esa capacidad. El ejemplo más reciente es la devastación realizada por el huracán Irma que golpeó varias islas del caribe y los Estados Unidos, así como el terremoto que sacudió nuestro país.

Para enfrentar estos retos, la Organización de las Naciones Unidas creó la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés).

Esta oficina se encarga de la coordinación de distintas organizaciones que realizan trabajo humanitario en condiciones de emergencia.

A pesar de que la obligación inicial recae en cada uno de los Estados afectados, en la mayoría de las ocasiones se requiere de esta coordinación internacional. La OCHA no solo realiza coordinación sino que echa a andar a las instituciones internacionales para atender las crisis humanitarias producto de desastres naturales.

A pesar de que los desastres naturales han estado presentes a lo largo de la historia humana, fue hasta 1991 en que la ONU acordó la intensificación del trabajo global para atender este problema. Este acuerdo establece que las personas afectadas dependen inicialmente de los Estados en que ocurre la crisis pero los países que requieran asistencia pueden solicitarla a la comunidad internacional que participará, en teoría, bajo principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.

Las emergencias pueden surgir por guerras, violencia generalizada, inundaciones, terremotos y desertificación, entre otros. El proceso del cambio climático incrementará estos fenómenos y las crisis humanitarias, necesariamente, irán en aumento.

Además de la coordinación, la OCHA realiza trabajo de búsqueda de recursos financieros mediante contribuciones voluntarias por parte de organizaciones internacionales y Estados. También realiza una labor en mantener información disponible sobre desastres y personas en necesidad de la asistencia internacional.

Atender estas crisis debería de ser un asunto de solidaridad humana. OCHA mantiene hoy en día operaciones en más de 50 regiones que requieren de su trabajo. Las necesidades financieras para atender a cerca de 101 millones de personas ascienden a casi 24 mil millones de dólares en 2017. Esta cifra ha venido creciendo año con año.

Al crecer la población, crecer la pobreza y desigualdad, aumentar la expectativa de vida y reducirse los recursos naturales, necesariamente veremos un incremento en las necesidades para atender crisis humanitarias en el futuro. ¿Habrá disposición política para enfrentar el reto?

Mientras tanto, en el cinismo, la frivolidad y el mal gobierno de nuestro país, las alertas sísmicas adquiridas en Oaxaca desaparecieron o no fueron instaladas, y Anahí, esposa del gobernador de Chiapas, preocupada por su peinado.

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