Amor y parejas
Por: Revista moi
Todas las historias cuentan algo diferente, pero hay cosas que nadie te dice de ser "la otra" y nosotros te los vamos a contar.
Todas las historias cuentan algo diferente: está bien, está mal, es emocionante, es desgastante, etc. Pero, hay cosas que nadie te dice de ser “la otra” y nosotros te los vamos a contar. Por cierto, esta nota fue escrita por: La otra.
Entre estar con esa persona especial, sentir la emoción de lo prohibido y creer que ‘ganaste’, hay un mundo de sentimientos.
Fue algo que nadie buscó. Salíamos como amigos con derechos hasta que el susodicho quiso algo serio y no acepté. Creo que fue el pánico de tener algo formal. No hubo sentimientos de rencor y seguimos con lo de siempre, hasta que él se puso de novio, se casó y tuvo hijos. No lo veía como algo malo porque, en teoría, la relación no empezó como amantes, ¿me explico? A partir de ahí, no hemos dejado de vernos, ya cada quien con su vida hecha y relaciones que vienen y van (porque sí, se divorció).
Simplemente, nunca llegamos a nada oficial y seguimos siendo amigos con derechos. Pero en ese tiempo, siendo “la otra”, vaya que hubo aprendizajes y reflexiones.
También lee: Infidelidades que más hacen los mexicanos, ¡detéctalas!
Si alguna vez han jugado a las escondidas, se podrán identificar: así es cuando eres la otra. Nunca ganas el premio mayor. Es mantener el misterio, donde para todos eres la villana, menos para ti misma.
Hay romance, secretos, adrenalina, pero también muchas contradicciones que te revuelven la cabeza. ¿Las emociones? Una montaña rusa. Cuando estás hasta arriba, crees que es el mejor lugar del mundo; cuando te encuentras abajo, solo quieres salir corriendo.
También lee: Un Infiel, ¿nace o se hace?
Siempre antagonista, aunque el casado diga lo contrario. Claro, te llenan los oídos de miel haciéndote creer que “ya casi” la van a dejar por ti. Las escapadas a escondidas, los mensajes en clave y las excusas falsas para estar contigo te hacen sentir como una eterna adolescente. Pero hay una agenda oficial que seguir, y si algo cambia a último momento, la única plantada eres tú. Así toca.
Y, para que se puedan ver cuando él puede, tienes que estar disponible. Así es como terminas con un calendario vacío para el resto de tus días.
Hay algo en lo prohibido que siempre hace que las mariposas en el estómago se muevan. Pero la pasión intensa muchas veces viene acompañada de dudas y noches largas pensando:
“¿Y si lo hace conmigo, también se lo hará a otra?”, “¿tendrá más amantes?”,“¿soy la amante oficial?”
Y es que, sinceramente, nunca se sabe con alguien que pone el cuerno. Así como puede tenerte a ti, puede tener a más. Al final, ser “la otra” no es un título fácil de llevar. Entre todo lo que se puede vivir —lágrimas de risa, tensión, felicidad—, lo único seguro es que entras a un campo de batalla sin armas ni protección.
Ahora que ya sabes lo que nadie te dice de ser la otra, ¿aún lo quieres ser?
También lee:
Por: Revista moi