Vivir Bonito
Por: Sofía Leviaguirre
Porque casa limpia es mente sana, aquí te dejamos 7 cosas que deberías tirar para que la energía vuelva a fluir.
Lo que guardas sin motivo no solo ocupa espacio físico, también ocupa espacio mental y energético. Aquí te dejamos 7 cosas que deberías tirar para que la energía vuelva a fluir.
Si últimamente sientes tu casa pesada, caótica o como si siempre hubiera algo atorado, puede ser que le haga falta un detox. No necesitas quemar incienso, mudarte ni hacer un ritual de purificación de tres días. A veces basta con sacar lo que sobra.
Sabes exactamente cuál es: la que ves, doblas y evitas. Si no la usaste en 12 meses y no es ropa de ocasión especial, ya cumplió su ciclo. Además, la ropa acumulada es como una metáfora viviente de “yo antes era…”, y eso no ayuda cuando quieres avanzar. Donarla libera espacio y libera emociones.
El cajón de los papeles es el paraíso de la energía estancada. Recibos de hace cinco años, manuales de aparatos que ya ni existen, garantías vencidas, tú sabes. Todo eso genera visual y emocionalmente una sensación de desorden permanente. Dedica 30 minutos a separar, reciclar y archivar solo lo indispensable.
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Además de inútiles y dañinos, energéticamente son objetos muertos. Interrumpen el flujo porque representan cosas que no se actualizaron, que quedaron pendientes o que ignoraste. Revisa botiquín y tocador y deja ir todo lo que está vencido.
El Feng Shui dice que lo roto simboliza obstáculos y tensiones. La psicología ambiental dice que manda un mensaje constante de “luego lo arreglo”. De cualquier manera, es ruido mental y emocional. Si lleva meses esperando reparación, decide: lo arreglas hoy o se va a la de ya.
No importa quién te lo dio ni cuánto costó, si ya pasaron meses o años y nunca lo usas, no lo disfrutas o hasta te pone de mal humor verlo por la casa, ¡fuera! Los objetos cargan historia, y si esa historia no te suma, no tiene por qué seguir en tu casa. Donarlo es más amoroso que dejarlo empolvándose.
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Es hora de revistar esa caja de cables que parece crecer sola. Audífonos que no funcionan, cargadores sin dueño, cajas de celulares viejos que guardas “por si acaso”. Todo eso es energía estancada que ocupa espacio premium. Clasifica: guarda solo lo que realmente usas y recicla el resto.
Cuadros que ya no te gustan, cojines aguados, adornos que eran temporales y llevan cinco años ahí. Tu casa cambia contigo, y si algo visualmente te cansa, te pesa o te aburre, déjalo ir.
No se trata de minimalismo extremo, sino de coherencia: que lo que te rodea te sostenga, no que te drene. Cuando tiras lo que estorba, haces espacio para el aire, la claridad, y para todo lo que quieres que llegue.
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Por: Sofía Leviaguirre
