Salud
Por: Sofía Leviaguirre
Darle un break al azúcar puede transformar tu cuerpo y tu humor. Aquí te contamos todo lo que pasa si dejas el azúcar por una semana.
El consumo excesivo de azúcar está relacionado con problemas como inflamación, aumento de peso, resistencia a la insulina y mayor riesgo de enfermedades crónicas. Por eso, cuando decides dejarla, tu cuerpo atraviesa una serie de cambios fisiológicos que pueden sentirse incómodos al inicio, pero que a mediano y largo plazo generan beneficios comprobados para tu salud… Aquí te contamos qué pasa en tu cuerpo cuando dejas el azúcar. ¿Maldición o bendición?
Seguro no lo sabes, pero es probable que consumas más azúcar de la que recomienda la OMS: máximo 25 gramos al día (unas 6 cucharaditas). Entre cafés, galletas, jugos, cereales “saludables” y refrescos, nos lo acabamos desayunando. Pero ¿qué pasa si decides hacer la prueba y dejas el azúcar por 7 días?
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Tu cuerpo está acostumbrado a recibir ese rush de energía. Cuando no lo tiene, aparece la ansiedad, irritabilidad, dolor de cabeza o fatiga. Es normal, tu cerebro busca su dosis de dopamina, y cuando no encuentra lo de siempre, sufres un tipo de síndrome de abstinencia. Aquí es donde muchos tiran la toalla, pero vale la pena seguir adelante.
Una vez que pasa el rollercoaster de la abstinencia, vas a notar menos antojos intensos. Tus niveles de energía ya no hacen picos y caídas tan drásticas. Si te hidratas bien y comes más proteína y fibra, tu cuerpo encuentra otras fuentes de energía mucho más estables.
Cuando desaparecen los picos de glucosa, se estabilizan tus hormonas. Empiezas a sentirte menos irritable, con más claridad mental y mejor concentración. Tu digestión también lo agradece. Tienes menos inflamación y, sin querer, parece que bajaste 5 kilos. No es peso, es tu cuerpo desinflamándose.
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Cuando dejas el azúcar, disminuye la inflamación interna. Esto hace que tengas menos brotes de acné, piel más luminosa y un sueño más profundo. También se mejora la producción de colágeno, o sea que tu piel envejece más lento.
Sí. Aunque una semana es solo el inicio, tu cuerpo ya sienten los beneficios. El reto verdadero está en mantener el hábito sin caer en el “todo o nada”. No se trata de nunca volver a comer postre, ni de vivir 100% sugar free, porque eso tampoco está bueno. Se trata de hacer que el azúcar deje de controlar tu energía y tus antojos.
Ahora que ya sabes qué pasa en tu cuerpo cuando dejas el azúcar, sigue leyendo:
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Por: Sofía Leviaguirre