La verdadera historia que inspiró la tercera parte de El Conjuro

Lee bajo tu propio riesgo porque no vas a poder dormir hoy

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El Conjuro 3: el diablo me obligó a hacerlo, se estrenó hace nada y todas las reseñas de sitios especializados en cine, aseguran que es la película más oscura y aterradora de esta franquicia, ¿cuál es la razón?

Para empezar, está basada en hecho reales, algo que para la mayoría de la gente fanática del género de terror es fundamental a la hora de definir si una película es buena o no. Esta tercera entrega se basa en uno de los casos más famosos del matrimonio Warren: el juicio de Arne Cheyenne Johnson.

Fue en 1981 cuando Arne, fue acusado de homicidio. En ese entonces tenía 19 años y asesinó a Alan Bono, dueño de la casa en la que vivía con su novia, Debbie Glatzel, luego de que esta tuviera una pelea dramática y violenta con Alan.

El caso cobró popularidad por ser el primero en la historia de Estados Unidos en el que la defensa de un inculpado argumentó una posesión demoniaca como el móvil del crimen, para negar culpabilidad del hecho. Durante el juicio, el hermano de 11 años de Debbie, declaró que había sido poseído por demonios y que gracias a Ed y Lorraine Warren, fueron expulsados de su cuerpo, solo para instalarse en el de Arne.

El juez del caso, Robert Callahan omitió los argumentos de la defensa y sentenció a Arne a 15 años en prisión. Tiempo después, Lorraine Warren escribió el libro El demonio en Connecticut contando detalladamente la historia.

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