Aprende a gastar 

Cuidar tu dinero como un máster no depende de tener X grado académico, sino de saber cómo gastarlo

Compartir

El dinero es una herramienta para intercambiar bienes y servicios, y muy a nuestro pesar, no crece de los árboles, hay que producirlo y, sobre todo, saber manejarlo. Hacerlo como un máster no depende de tener X grado académico, sino de saber cómo gastarlo. 

SOMOS RE GASTALONES

Aceptémoslo, aunque ganemos cada vez más, nunca va a ser suficiente si no controlamos nuestros gastos y si no dejamos de lado el componente emocional que le damos al dinero. Aristóteles de- cía que somos seres miméticos, que nos gusta imitar a los otros, incluyendo lo que tienen, sin importar si nuestro nivel de vida está para eso. Es el famoso “me he sobado el lomo este mes, me merezco la misma TV de 86 pulgadas que tiene mi compadre” (aunque ni tengas un espacio digno para ponerla).

¿GASTO O LUJITO?

Existe una gran diferencia entre “necesitar” y “desear”; por eso es fundamental que no nos dejemos llevar por las redes del consumismo y que reflexionemos sin mentirnos en qué estamos gastando y cuánto. Para eso hay que hacer una clasificación de nuestros gastos: 

Básicos: comida, casa, ropa, que son imprescindibles para la subsistencia, y transporte.

Confort: es lo que hacemos para mejorar nuestra calidad de vida y que, aun- que implica estirar un poquito más la cartera, podemos hacer de vez en cuan- do. Aquí entra el rubro de esparcimiento (vacaciones, salidas, comidas).

Lujo: todo lo que se salga de los anteriores y sobrepase tus ingresos o te haga caer en deudas exorbitantes.

El problema de esta división es que, echándole la culpa a la mercadotecnia y a la publicidad, consideramos, a nuestra conveniencia, que todo es “básico”. Por ejemplo, piensa en la comida. Hacerla en casa es claramente un gasto básico, pues de otra forma no podríamos vivir. Salir el n de semana y comer en la calle es un gasto de confort, que por supuesto es más costoso que cocinar, pero es parte de una buena calidad de vida. En cambio, ir al restaurante de moda a pagar un dineral en comida es un lujo a todas luces, y si lo pensamos bien, no pasa nada si no vamos. Lo importante es tener conciencia de lo que estamos haciendo y hasta dónde podemos estirar la cartera. No tiene nada de malo ir a pagar grandes cantidades por comida fuera de casa, siempre y cuando nuestro ingreso sea lo suficientemente grande para hacerlo.

¿Y SI SE VA COMO AGUA?

Haz un Presupuesto (sí, con mayúscula). Si descomponemos la palabra nos queda: presupuesto, es decir, suponer antes de que se presente un gasto y, obviamente, lo hacemos conociendo el día a día de nuestra economía personal y familiar.

Sabemos que mes con mes debemos pagar X cosas y vamos haciendo ajustes para acomodar los gastos: empieza por los básicos, son los primeros que debes apartar (renta, súper, transporte) y sigue con el ahorro y al final deja los de confort. 

AUTORRÓBATE: cada que recibas dinero (semanal, quincenal o mensual) toma cierta cantidad y desaparécela, eso es lo que vas a destinar a ahorrar para X cosa (un viaje, una inversión, un coche). Esto es lo que deberías destinar al ahorro si…

No trabajas y no dependes de lo que ganas para vivir: mínimo 50%
Eres soltero sin hijos: 25-30%
Estás en pareja, con hijos recién nacidos: 12% Tienes pareja, con hijos y ayudas a tu familia: 3%.

 

¿Te gustó esta nota? Califícala

1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (18 votes, average: 4.56 out of 5)
Loading...
Compartir

Sé el primero en comentar este artículo

Dejar una respuesta