abuso verbal

¿Eres víctima del abuso verbal?

Esas frases que cruzan la línea del respeto... ¿te suenan?

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Es creciente el número de gobiernos y organizaciones que se preocupan porque se detengan la violencia de pareja y familiar.

Todos podemos hacer algo, por ejemplo, Patricia Evans escribió un libro que se llama Abuso Verbal: la violencia negada, en el que nos ofrece una buena cantidad de ejemplos de palabras, oraciones y frases que usamos como armas para agredir a la esposa, al esposo, a los hijos, a los papás, a los hermanos.

Escribe todas las categorías que funcionan como abuso verbal: No compartir, contradecir, humillar, encubrir bromas que violentan, bloquear y desviar, acusar y culpar, juzgar y criticar, trivializar, socavar, amenazar, insultar, ordenar, olvidar, negar, actuar con ira.

Fíjate en estas expresiones que usamos para acusar y culpar.

  • Siempre quieres tener la última palabra…
  • Solo estás tratando de comenzar a pelear…
  • Estás buscando problemas…
  • Me estás atacando…
  • No se te puede dejar sola…
  • Ya estoy harto de tus ataques…

Parecen inofensivas, ¿verdad?, pues no lo son, en todas hay un ataque a la otra persona, en todas se acusa y se culpa; en todas hay una provocación.

Evans escribe que el abusador verbal juzga a su pareja y después expresa su juicio de manera crítica, usando oraciones como:

  • El problema contigo es que…
  • Tu problema es que…
  • Tú eres falso…
  • Tú nunca estás satisfecha…
  • Tú eres un pésimo ganador…
  • Tú eres incapaz de aceptar una broma…

Todas descalifican al otro y le provocan inseguridad o reacciones violentas que a veces derivan en un pleito mayor.

Hay expresiones que menosprecian al otro provocándole una erosión de la autoestima:

  • A ver, ¿quién te lo pidió?
  • Lucy, nadie te pidió tu opinión…
  • Para qué te digo si tú no entenderías.
  • Está visto, eso te supera, vélo dejando.
  • Nunca lo lograrás, a otra cosa.
  • ¿Qué te hace pensar que eres tan inteligente?
  • Y ora, ¿a quién quieres impresionar?

Con tanta facilidad las dices o dejas que te las digan y no te das cuenta que se trata de abuso verbal que poco a poco destruye una relación, pero que en el camino causa mucho dolor y desconfianza.

Piensa en cómo les hablas a tus seres queridos, a tus compañeros de trabajo. Reacciona y cambia. La mayoría de las veces la violencia comienza por la boca, así que lávala de vez en cuando.

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