Hay cosas en la vida que nadie nos enseña a hacer: cortar con un novio, trapear o correr a alguien. Esta última es, precisamente, de las más difíciles porque nunca, por más que te caiga en el hígado la persona, va a ser fácil despedir a alguien
Por: William Gaber
Estos consejos te van a ayudar cuando tengas la difícil tarea de despedir a alguien:
¿Qué pasa por tu mente cuando despides a un empleado?
a) ¿No quieres volver a verlo nunca y piensas que no se merece ningún tipo de remuneración?
b) ¿Le deseas que le vaya bien a en su futura carrera e incluso le ayudas?
c) ¿Desearías poder retenerlo y esperas tener algo interesante que ofrecerle en el futuro?
d) ¿Le pides a RH que termine la relación labora, como marca la ley, y tú a lo que sigue?
Todo lo anterior nos ha pasado por la mente si trabajamos en el mundo corporativo y dirigimos equipos. La Ley Federal del Trabajo contempla distintas situaciones para separar a un empleado de su puesto de trabajo: despido justificado, despido injustificado y separación voluntaria, entre otras, y estos tienen matices, como la antigüedad del trabajador, si es de confianza o sindicalizado, etc. Mi recomendación será siempre apegarse a lo que marca la ley, pero además de las formalidades y evitar que te demanden, hay otras cosas que necesitas saber cuando te toque echar a alguien.
CERRAR UNA PUERTA ABRE OTRA
A veces tienes que despedir a una persona que crees que era un gran assett y que es una lástima que se vaya. ¡Pero no es así! Ni te acongojes, porque siempre que una puerta se cierra, se abre otra, tanto para la empresa como para el individuo en cuestión. La salida de alguien con quien estamos cómodos trabajando puede traer cosas positivas.
Las empresas y la gente maduran y los trabajadores no siempre van al ritmo de la empresa; pueden ir más rápido y nos quedamos sin nada que ofrecerles para su desarrollo profesional, o bien más lento y será necesario traer a personas con otras capacidades para mantener el ritmo de crecimiento.
En cualquier caso, renovar el equipo de trabajo, dentro de un rango razonable, es más que deseable. Como head hunter, a lo largo de mi carrera he escuchado a muchos ejecutivos de importantes multinacionales decir que no entendían cómo algunas empresas dejaban ir a “los buenos”. Sin embargo, la rotación provocada es una estrategia que en algunos casos ha probado traer interesantes beneficios a la organización.
COMO LAS CURITAS
Si ya te dieron la orden, pues vas, pero la decisión es tuya y de nadie más, lo primero que tienes que hacer es checar con recursos humanos si hay algún impedimento para deshacerte de esa persona. Si no lo ha, pide que alguien del departamento esté presente contigo como testigo… Por lo que se ofrezca.
Una vez que citen a la persona y estén ahí, olvídate de cortesías:
LO QUE NO DEBES HACER
HABLA CON TU EQUIPO
Una vez que pasa el trago amargo, es importantísimo hablar con los que se quedan. No necesitas dar detalles pero tampoco está padre no decir nada. N necesitas dar detalles pero tampoco está padre no decir nada. “Como saben, equis persona ya no es parte de la empresa, no necesitamos entrar en detalles, pero si tienen preguntas de cómo nos vamos a manejar ahora, es el momento. Su despido no tiene nada que ver con ustedes ni con la situación de la empresa” El chiste es asegurarles que no es un tema de recortes o una mala situación económica, pero nunca sobra recordarle a la gente que hay cosas en la organización que no se toleran.
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