Mejora tu inteligencia emocional para tus relaciones

Si quieres tener relaciones exitosas te urge tener buena inteligencia emocional

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Daniel Goleman, doctor en psicología por la Universidad de Harvard y conocido como el padre de la inteligencia emocional desde la publicación de su libro Emotional Inteligence en 1995, la define simplemente como “qué tan bien nos manejamos/conducimos nosotros mismos y nuestras relaciones con base en los siguientes cuatro pilares:

1. Autoentendimiento: conocer y reconocer cómo nos sentimos. Este nos sirve para tomar mejores decisiones, es la intuición y es un brújula moral

2. Automanejo: manejar tus emociones “negativas” o angustiantes de manera efectiva para que no obstaculicen lo que estás haciendo, pero a la vez saber cómo accesarlas para aprender lo que hay que aprender de ellas

3. Empatía: básicamente saber lo que está sintiendo el otro

4. Habilidad en tus relaciones: aquí es donde se aplican las tres anteriores para tener relaciones exitosas

Goleman explica que como el último circuito cerebral en madurar anatómicamente es aquel que sostiene la inteligencia social y emocional, es elemental educar a los niños desde muy temprano a reconocer y manejar sus emociones. Sabemos que la neuroplasticidad se favorece por la repetición, e incluso asegura que hay estudios que comprueban aquellas escuelas que cuentan con programas de manejo de emociones para los niños, presentaron las siguientes estadísticas:

  • comportamiento disruptivo bajó 10%
  • comportamiento sociable aumentó 10%
  • rendimiento académico aumentó 11%

Además, el psicólogo asegura que en el mundo corporativo, las empresas se enfocan mucho más en la inteligencia emocional para decidir si alguien tiene el potencial para convertirse en un líder o “una estrella”. Esto es porque entre más arriba esté en el organigrama más probable es que el 80% de su trabajo implique manejar gente. “El arte del liderazgo es lograr que el trabajo se haga bien a través de otras personas”, asegura Goleman.

El psicólogo constantemente se refiere a un estudio que se condujo en una planta de ingenieros, en el que las evaluaciones que se hicieron a sus superiores tenían 0% que ver con su conocimiento técnico e IQ y 100% con su inteligencia emocional. Esto sucede porque se genera un “efecto piso”. Si el mínimo para esa chamba es un IQ de 115 para arriba, quiere decir que una vez que eres parte de esa compañía, todos son igual de inteligentes que tú, así que lo único que distingue a unos de otros es su inteligencia emocional. Algunas de las cualidades de pensamiento que tienen estos individuos son:

  • piensan en la foto completa
  • reconocimiento de patrones
  • entendimiento de cómo afectará una decisión grande a otras áreas o a la larga

Estas formas de pensar los llevan a crear estrategias precisas. Y una vez que esas existen, únicamente se pueden lograr a través de su gente, para lo cual tienen que: comunicarse, persuadir, dialogar, escuchar, negociar, inspirar y motivar, y todas estas son habilidades de inteligencia emocional.

¿Y esa se aprende?
A diferencia del IQ con el que naces, todas las habilidades de la inteligencia emocional son aprendidas y por ende aprendibles. Prácticamente todas estas habilidades se aprenden de manera situacional, solo que para obtener este conocimiento tenemos que querer ser emocionalmente inteligentes, si no, todas estas experiencias pasan desapercibidas. Estas son las cuatro etapas de aprendizaje:

1. Conciencia: el punto de partida implica que la persona, conscientemente, decide que quiere aumentar su inteligencia emocional

2. Evaluación: es importante hacer un sondeo de cómo te percibe la gente a tu alrededor, porque básicamente eso te dice de qué pata cojeas y lo que necesitas trabajar.

3. Compromiso: una vez que ya se sabe lo que hay que trabajar, la persona tiene que hacer una especie de autocontrato para que cada vez que le suceda algo de forma natural, practique la habilidad de buscar adquirir

4. Práctica: al reunir los tres puntos anteriores, cuando se presenta una situación hay que ponerla en práctica una y otra vez hasta que al cabo de unos meses ya sea algo natural. Ahí es cuando se sabe que el cerebro ya cambió y eso se queda para siempre.

Entre géneros
Mucho se dice que las mujeres son más inteligentes emocionalmente y esa confusión se da porque sin duda están más en contacto con sus emociones e intuición, pero Goleman asegura que no es el caso cuando hablamos de inteligencia.. En las etapas iniciales, es más fácil para una mujer reconocer lo que está sintiendo, pero “entre más habilidades emocionales adquiera la persona, más se diluye la distinción de género. Alguien sumamente capaz de manejar sus emociones pasa a ser simplemente eso, sin importar si es hombre o mujer”.

Daniel Goleman es Doctor en psicología por la Universidad de Harvard, donde también ha sido profesor, antes de convertirse en editor de la revista Psychology Today. Es un autor sumamente reconocido, con más de 15 bestsellers al día de hoy y se le conoce como el padre de la inteligencia emocional a raíz de la publicación de su libro Emotional Intelligence en 1995, que hoy en día ha vendido más de 8 millones de copias en 30 idiomas.

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