¿Qué hago si tengo hepatitis?

El 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis con el fin de dar a conocer más sobre esta enfermedad y que tengamos mayor consentimiento.

La hepatitis C es una enfermedad producida por un virus del tipo C, la cual causa inflamación del hígado aguda o crónica y ¡aguas!, porque gracias a esta patología puedes desarrollar cáncer de hígado y no sólo eso, sino que las muertes por esta enfermedad cada vez aumentan más y más, imagínense que tan sólo el año pasado fueron 1,34 millones de personas las afectadas.

Ten cuidado, no corras riesgo

Existen diversas formas para contagiarnos, por ello, el Dr. José Arturo Martínez Orozco, especialista en enfermedades infecciosas y médico internista nos ayudará a saber quiénes están en mayor riesgo:

• Basta de drogas: Aquellos que consumen drogas inyectables o vía intranasal
• Protégete: La hepatitis C se puede transmitir mediante sexo, así que cuídate
• Echa un vistazo antes: Si planeas tatuarte o perforarte primero revisa que todo esté limpio y en orden
• ¿Embarazo?: Si estás embarazada y tienes la infección, tu hijo también la tendrá

Tienes que estar alerta a los factores de riesgo, ya que en muchas ocasiones la hepatitis C es asintomática. Pero claro, existen personas que presentan signos como fiebre, cansancio, apetito disminuido, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de piel y ojos). Si presentas estos síntomas no lo pienses más y sal corriendo con un Infectólogo.

¿Qué puedo hacer si estoy infectado?

• Vacúnate contra la hepatitis A y B. Éstas reducen las muertes por cáncer y cirrosis
• Revísate asistiendo periódicamente con un médico, para no desarrollar una enfermedad hepática crónica
• Déjalo o al menos modera tu consumo de alcohol

Pero no todo es tristeza, actualmente han llegado nuevos medicamentos que te pueden curar hasta un 95%. Los cuales son más eficaces, seguros y mejor tolerados que los tratamientos antiguos, imagínate curarte en 12 semanas, ¿increíble verdad?

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