Salud
Por: Redacción Moi
Primero muerto que aceptar que sufres de hemorroides, pero muchas más personas de las que crees pasan por lo mismo. Y sí, pueden llegar a ser un infierno.
¿Sientes un pesar terrible cada que sabes que tienes que ir a hacer del dos? ¿Oyes hablar de hemorroides y te pones rojo, pero nunca aceptarías que las tienes? O peor, ¿ni sabes qué tienes y crees que la sangre es porque comiste betabel? Aquí te decimos qué hacer si tienes hemorroides. Por: Jorge Santín Rivero
A ver, primero que nada, tienes que saber que todos tenemos hemorroides. Sí, son venas que se localizan en el conducto del ano y forman parte de la anatomía y fisiología de esa región. O sea, todos tenemos. Y como cualquier parte del cuerpo, no sabemos ni qué hacen hasta que nos empiezan a molestar. En este caso, si sientes que algo ahí abajo anda mal, quiere decir que seguramente han aumentado de tamaño, es decir están hinchadas y ya te estorban.
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No solo es herencia, pero lo que seguro sí viene de nuestros papás es un estilo de vida (hábitos de ir al baño, tipo de alimentación) que sí puede influir en sufrir un problema de hemorroides. ¿Hay otro factor que sí sea hereditario? El estreñimiento, que cuando no es tratado de forma adecuada, muy probablemente acabará en la tortura de no querer sentarse en el escusado.
Como siempre, la forma en la que llevas tu vida va a tener una gran influencia en las enfermedades que tengas. Otras causas que pueden producir o exacerbar las hemorroides son diarreas continuas, obesidad, embarazo (aunque después se quitan si tienes buenos hábitos), insuficiencia venosa, inflamaciones rectales, abuso de laxantes, pujar en exceso, pasar mucho tiempo sentado en el escusado,colitis, etc. O sea, es una enfermedad que muchas veces es resultado de otra.
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Hay dos tipos de hemorroides: internas y externas.
Las externas: Están justo en la entrada del ano y están cubiertas de mucosa y piel. Como están cubiertas por piel, también tienen nervios y por eso sientes dolor y comezón. Principalmente, se complican con trombosis. Estas siempre producen dolor y aumento de volumen, pero rara vez sangran.
Las internas: Se localizan dentro del conducto del ano y están cubiertas por mucosa. Se complican principalmente con trombosis hemorroidal, sangrado, ulceración y edema. Puede ser un problema que no las sientas porque si hay alguna bronca, puedes no enterarte hasta que es muy tarde.
Debemos sospechar la presencia de hemorroides si tienes dolor y/o sangrado a la hora de hacer popó. Peeero, no todo lo que sangra o duele son hemorroides, de ahí la importancia de que un especialista realice un diagnóstico adecuado.
Pero sí, si tienes dolor, sangrado, sensación de tener algo extraño ahí metido, comezón, ano húmedo o mucosidad, inflamación, ardor, sientes medio colgadito allá abajo, no para tu estreñimiento o ves cambios en la forma/color/consistencia de tus heces, es muy probable que tengas hemorroides inflamadas y necesites ir al proctólogo.
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En etapas tempranas es súper sencillo corregir el camino cambiando de hábitos alimenticios y de idas al baño, porque comiendo mejor evitas el estreñimiento y pujar demasiado, así rápidamente van a desaparecer solas.
Si dejaste pasar tanto tiempo que las ciruelas pasas no te están ayudando, el doctor te puede recetar alguna pomada o un medicamento vía oral. Ya en casos muy extremos se recurre a tratamientos ambulatorios o de consultorio, como crioterapia, coagulación infrarroja, colocación de ligas o trombectomía local; pero si nada de esto funciona, no queda de otra más que los tratamientos quirúrgicos, que van desde una cirugía convencional en la que se abre y se corta, hasta otros más modernos con energía bipolar, engrapadora, ligadura, entre otros.
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Las hemorroides enfermas que se extirpan durante la cirugía no vuelven a dar problemas, pero como las que están sanas no se quitan, de no corregir los factores de riesgo, se pueden enfermar y volver a dar problemas.
La buena noticia es que, aunque son un horror, no representan una amenaza a tu salud: ni se te va a salir el intestino ni te vas a desangrar. De todas formas, es importantísimo que te cheques para estar seguro de que el sangrado no es síntoma de otra cosa.
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