Salud
Por: Sofía Leviaguirre
Si salir de fiesta en tus 20 era cosa de jueves a domingo, ¿por qué te cae mal el alcohol a los 40? Te contamos la razón.
¿Alguna vez te has preguntado por qué te cae mal el alcohol a los 40? Si antes salir de fiesta era cosa de jueves a domingo, ¿por qué de repente una chela en la comida te deja inflado? Hoy te contamos la razón.
A los veinte podías salir de fiesta, tomar hasta morir y recuperarte al día siguiente sin problema. Peeero con el tiempo algo cambia, llegas a los cuarenta y de pronto el alcohol te sienta mal: te da dolor de cabeza, te inflama, te roba el sueño o te provoca ansiedad al día siguiente. No es tu imaginación, hay razones biológicas, hormonales y metabólicas muy claras por las que el alcohol te cae peor a los 40.
A partir de los cuarenta el cuerpo disminuye su capacidad para procesar el alcohol. La producción de enzimas como la deshidrogenasa alcohólica baja y el hígado también se vuelve menos eficiente. Eso significa que el alcohol permanece más tiempo en tu sistema y sus efectos se sienten más fuertes y prolongados. Por eso un par de copas pueden sentirse como tres o cuatro.
El músculo ayuda a metabolizar más rápido varias sustancias, incluido el alcohol. A los 40 empieza una pérdida natural de masa muscular y un incremento de grasa corporal. Esto afecta cómo distribuyes y toleras el alcohol. Simplemente no tienes el mismo colchón metabólico que antes. Ya no es que tomes más, sino que tu cuerpo procesa menos.
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En los 40, tooodos tienen fluctuaciones hormonales. La testosterona en los hombres puede disminuir y afectar energía, sueño y metabolismo. En las mujeres, la perimenopausia modifica la forma en la que reaccionamos al alcohol. Esto aumenta la sensibilidad a sus efectos. Estos cambios pueden hacer que una copa se sienta más fuerte que antes.
Dormir es clave para recuperarte. El problema es que a los 40 el sueño se vuelve más frágil. El alcohol reduce el sueño profundo y altera la fase REM, lo que te deja más cansado, ansioso y sensible al día siguiente. Puedes dormir horas, pero no descansas. Eso amplifica la famosa cruda moral o ansiedad post-alcohol.
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Con la edad aumentan problemas digestivos como reflujo, gastritis o inflamación intestinal. El alcohol irrita la mucosa del estómago, eleva la acidez y acelera la motilidad intestinal. Lo que tal vez antes no te afectaba, ahora puede darte malestar, náuseas, diarrea o inflamación desde la primera copa.
El alcohol altera los niveles de glucosa y, con la edad, el cuerpo regula peor el azúcar en sangre. Esto puede dejarte fatigado, mareado o con antojos intensos después de tomar. Muchos efectos que creías que eran cruda son realmente una caída de glucosa.
Ahora, no todo está perdido. A los 40 todavía puedes disfrutar de tus copas sin sufrir, pero tienes que tomar medidas preventivas. Por ejemplo:
Tu cuerpo cambia, tu metabolismo se ajusta y tu sistema nervioso responde distinto. La clave está en entenderlo, escucharte y adaptarte para seguir disfrutando de lo que te gusta.
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Por: Sofía Leviaguirre