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Anuario

Estos hábitos están destruyendo tu espalda

Lastimar tu espalda es facilísimo y pasa sin que te des cuenta. ¡Aguas con estas tonterías que haces diario y que están matándote de dolor!

Revista moi

Por: Mercedes D’Acosta

Aunque pienses que es normal que te duela la espalda todos los días, que no todo el mundo tiene los músculos tensos y que es culpa del estrés, hay principios generales que nos han lastimado de generación en generación.

Las causas más comunes de los dolores de espalda y problemas de postura son nuestros hábitos diarios. Algunos torturadores silenciosos son:

Cargar mochilas y bolsas.
Desde niños nos entrenan para cargar bultos pesadísimos pero, aun así, lo hacemos mal: de un solo lado. No importa si es por comodidad o por moda, lo que sí es que tu columna se empieza a inclinar, y mientras más inclinación (aunque sean pocos grados) la espalda tiene que compensar usando las articulaciones y los músculos, irritándolos, contracturándolos y, de paso, afectando los nervios.

Malas posiciones.
Cuando pasas mucho tiempo sentado en una misma posición, el cuerpo empieza a inquietarse y a intentar reacomodarse. Sé que a veces adoptamos las posiciones cómodas, pero no se recomiendan.

 

Estar sentado por horas.
Estamos diseñados para estar en movimiento, no para tener una vida sedentaria, pero la verdad es que la mayoría de los trabajos exige estar sentados hooooras seguidas. Y pues, tal cual: “lo que no se usa, se atrofia”.

Los gadgets.
Ver el celular obliga al cuello a tomar una curvatura invertida que no es natural. La curva correcta se llama lordosis y permite que los nervios salgan hacia los brazos y las manos, que la médula espinal pase por un espacio desde el cerebro hasta la espalda alta y que los músculos estén relajados.

Zapatos. 
Traer el taconazo a la moda puede parecer la mejor idea, pero no tanto. Cuando usas uno bien hecho, con cierto tacón y horma, creas una semiflexión que ayuda a amortiguar los movimientos de tu cuerpo. Cuando usas los que mejor te combinan con el vestido, sin fijarte en lo demás, creas desalineaciones que van lastimando al sistema nervioso y generan incomodidad y dolor.

 

¿Ahora qué hago?

Primero que nada, no te acostumbres a vivir con molestias. Todos los síntomas son alarmas del cuerpo, una forma de avisarnos que algo está pasando. La columna no es la excepción; así como le das mantenimiento a tus dientas con el dentista, tienes que cuidar tu espalda con el quiropráctico.

Elimina las causas más conocidas del dolor levantando la cabeza en lugar de vivir agachado viendo el celular, sacando de tu bolsa todas las cosas que no usas nunca pero que cargas “por si se necesita” y usando zapatos bajos o tacones bien hormados.

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