Lo que nadie te dice de ser comediante

Franco Escamilla se dedica a hacer reír a la gente, pero nos cuenta que es un trabajo complicado, que requiere práctica y una piel bien gruesa para aguantar los jitomatazos

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Todos podríamos ser comediantes
Creo que hacer reír a la gente no es un don con el que naces sino una habilidad que se aprende. A mí nunca me pasó por la mente dedicarme a la comedia, nunca fui el payasito del salón o el que dice los chistes entre los amigos, más bien se fue dando. Es cuestión, como en cualquier profesión, de practicar mucho y tener paciencia. Habrá a quienes les resulte natural y habemos otros que tuvimos que aprender sobre la marcha.

No hay receta pa’ un buen chiste
No sé si sea un tema de ego, pero cuando tú escribes crees que todo es gracioso. Siento que la parte más complicada es entender que no todo lo que a mí me hace gracia, a los demás también. Esa es la peor parte. Y es pura prueba y error: tiras el chiste y a lo mejor nadie se ríe y se siente horrible, pero te sacudes y lo vuelves a intentar.

Ser gracioso no te garantiza el éxito amoroso
Bueno, a mí no. Lo comentaba en un monólogo, a mí me pasa que las mujeres se me acercan y me dicen, “mi novio es muy fan tuyo”, “mi esposo es muy fan tuyo”, y habrá comediantes que sí liguen con su talento, pero creo que a la mayoría nos ven más como el clásico buen amigo.

Da mucha satisfacción personal
Hay mucha gente que está viviendo el tema de la pandemia muy feo, no solo sufriendo en lo económico sino en lo anímico, con problemas de depresión o cuadros de ansiedad. Muy seguido me escriben en los comentarios o cuando tenemos meets and greets virtuales, “gracias porque tus videos me ayudaron a salir de un momento depresivo” o gente que está recibiendo tratamiento para el cáncer y dice “veo tus videos cada que estoy teniendo quimios y me ayudan a distraerme, a pensar en otra cosa, me has acompañado en momentos difíciles”. Esa es mi mayor satisfacción… Y el dinero, obviamente.

La comedia es universal…
He dado shows en otros países y saben cómo hablo, que soy mexicano. La gente nos ha apoyado sin necesidad de cambiar las premisas. A veces solo es cuestión de cambiar una palabrita por otra, pero todos lo entienden y es que cuando es buena comedia, no importa donde estés.

… Y el hate también
Es cosa de todos los días, yo creo que mínimo unas 10-12 veces al día me insultan, pero es parte del juego. La gente cree que por ser comediante estás abierto a que todo el día bromeen contigo y pues nada más te toca aguantar.

La comedia no debe cambiar en un mundo “de cristal”
Honestamente creo que los que se ofenden por todo son minoría. En algún momento llegué a pensar que sí iba  atener que cambiar mi forma de hacer comedia, pero luego veo en redes sociales que se habla de “cancelar” algo y más gente se queja de los “canceladores”. Mientras seas respetuoso con todos no tienes por qué cuidarte gran cosa, simplemente buscar hacer reír. No tratamos de hacer conciencia social ni somos revolucionarios, pero si perdemos el objetivo que es hacer reír, entonces sí la comedia tendrá problemas, pero si vas solo a eso, vamos a estar bien.

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