Beneficios de que tu hijo tenga una mascota

Si tu hijo te pide un perro o gato, piénsalo bien porque aunque le enseña mil cosas, la chamba va a ser tuya

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Por Guadalupe Camacho 

Esa mascota por la que te está rogando tu hijo, puede ser más benéfica de lo que crees. No solo aprenderá a tratar bien a todos los seres vivos y a tener un amor incondicional, sino a ser responsable y a ayudar con tareas de la casa.

Clásico que vas al súper y pasas por una tienda de mascotas, tu crío empieza a rogarte por un perrito y tú no sabes ni dónde meterte. Estoy segura que todos de chiquitos en algún momento nos moríamos por una mascota, pero si la llegamos a tener también es probable que ni la hayamos pelado. Entonces, ¿cómo navego esta situación sin traumar a mi criatura ni volverme yo un cuidador de zoológico? 

Desde cuándo

Qué tan chiquito el niño puede tener mascota es una de las primeras preguntas que nos hacemos a la hora de decidir. La médico veterinario zootecnista Claudia Edwards explica que la edad recomendada para que tu hijo o hija tenga una mascota es a partir de los cinco años.

Antes de esa edad, los niños aún no tienen madura su coordinación motriz fina, suelen ser un poco ru- dos o pesados con la mascota y pueden jalarle bruscamente la cola, las orejas o cualquier otra parte de su cuerpo y lastimar al animal, lo cual podría causar que ataque al 

La buena noticia es que si la mascota ya estaba en casa y luego llegan los hijos, la integración y la adaptación serán mucho más orgánicas.

Roedores, caninos, especies exóticas, ¿cuál mascota es la ideal? La doctora refiere que “las mascotas ideales para los niños son los perros y gatos, pues son las especies que han convivido y conectado con los humanos desde hace miles de años”, y aunque algunas personas creen que un hámster o algún otro roedor puede ser una buena mascota de introducción, no son tan recomendables porque tienen horarios distintos a los humanos, y cuando ellos quieren dormir, nosotros estamos despiertos y viceversa.

Otra cosa importante a recordar, si tu hijo quiere una iguana, una serpiente y demás fauna silvestre dile que definitivamente NO va a suceder, ya que estos no deben estar en casa sino en su medio ambiente natural y tenerlos en jaulas, peceras y otros sitios pequeños les hace daño física y mentalmente. 

¿Y qué tal un animal de granja o de corral? Los patos, pollos e incluso conejos deben tener el espacio suficiente para desplazarse, comer, dormir, andar libres y criar. Por ejemplo, los conejos, si bien son animales domésticos y son diurnos, tienen un detalle: para tener un ciclo digestivo exitoso necesitan comer sus propias heces fecales, pero algunos padres no entienden la situación y los pueden tachar de sucios, cuando para ellos es algo necesario.

Chiquito pero picoso

Siempre diremos que lo mejor es adoptar una mascota y no comprarla, pero aunque creamos que un cachorro es lo mejor para un niño, los etólogos (expertos en el comportamiento animal) aseguran que los perros y gatos adultos se llevan muy bien con los niños.

Otro punto importante es que algunas personas creen que los perros de talla chica son ideales para un niño por el tamaño, pero hay que recordar que los perros pequeños ven el mundo enorme y amenazante y todo eso les estresa a tal grado que pueden terminar mordiendo a los niños.

Aunque los labradores, golden retriever y boxers siempre se recomiendan para los niños, necesitan mucho espacio y ejercicio, por eso los perros de talla mediana suelen ser los mejores para los chiquillos de seis o siete años. Son aguantadores, divertidos, dinámicos, relajados, en fin, todo lo que necesita un niño en su mejor amigo. 

Los beneficios

Tienes que estar consciente de que la mayor parte de la chamba te la vas a llevar tú, ¿o en serio esperas que tu hijo de cinco años eduque a un perrito o limpie la arena del gato? Dicho eso, ver a tu hijo convivir con su mascota te va a llenar los ojos de lágrimas cuando veas cuánto se quieren y además, tu criatura humana va a aprender:

– Responsabilidad
– Estructura en su día al tener horarios de paseo y comida
– Confianza
– Paciencia, porque un animal no siempre hace lo que queremos y tenemos que aceptarlo
– Cómo tratar a otros con amabilidad y empatía
– A desarrollar la compasión, en especial si adoptan una mascota de albergue se vuelve mucho más respetuoso de todas las especies que viven en el planeta
– Resiliencia, porque cuando, eventualmente, la mascota muera, tu hijo aprenderá a superar un duelo

Además, está comprobado que si ya tienes una mascota y luego llega el bebé, vivir en el mismo ambiente lo va a ayudar mucho con sus defensas y a evitar, sobre todo, resfriados e infecciones de oído. ¡Muchas ventajas!

Antes de…

Ten una plática de todo lo que implica que tengan un animalito en casa, dile que no es un juguete ni que cuando se aburra ya no hay que cuidarlo. Es un compromiso de muchos años. Si tu hijo es menor a cinco años, NUNCA lo dejes solo con la mascota, pero si es mayor ya puede hacer muchas cosas por sí solo.

Luego vas a tener que poner ciertas reglas de lo que va a tener que hacer por el perro o gato, como:

  1. Servirle su comida
  2. Pasearlo o jugar con él en casa, al menos media hora al día 
  3. Cepillarlo 

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