¿Pooor?
Por: Sofía Leviaguirre
¿Te has quedado atorado con una idea? A veces, cuando no sabes qué decisión tomar, lo mejor que puedes hacer es consultarlo con la almohada.
¿Cuántas veces te has quedado dándole vueltas a la misma idea sin llegar a nada? Que si aceptas el nuevo trabajo, terminas la relación, te cambias de casa… tu cerebro no siempre toma las mejores decisiones cuando lo exprimes despierto. A veces, cuando no sabes qué decisión tomar, lo mejor que puedes hacer es consultarlo con la almohada.
Un estudio publicado en PLOS Biology encontró que quienes toman una siesta corta y alcanzan la fase N2 de sueño (una etapa intermedia, no tan ligera pero tampoco tan profunda) tienen hasta un 85% de probabilidades de tener un momento “eureka”. O sea, ese clásico “¡ah, claro!”, que no llega cuando estás en pleno breakdown nervioso.
Durante el sueño tu cerebro no se apaga: se organiza. Mientras duermes, tu mente acomoda información, fortalece recuerdos importantes y baja la intensidad de las emociones. Por eso es que despiertas con más claridad y menos drama.
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Cuando no sepas qué decidir, date permiso de pausar. No es procrastinar, es estrategia. Una siesta de 20 a 30 minutos son suficientes para llegar al sueño N2 y aclarar la mente. Obvio, si es de noche, mejor aún: un sueño completo también ayuda a procesar información compleja y a tomar decisiones grandes con más calma. Entre los muchos beneficios, verás:
En lugar de atormentarte con listas interminables de pros y contras, recuerda: tu cerebro piensa mejor cuando descansa. Así que sí, el consejo de la abuela era súper atinado: “duérmete tantito y mañana decides.”
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Si después de dormir te sientes igual, checa estos consejos que te ayudarán a ver todo con más claridad:
Ponlo por escrito
Haz una lista de pros y contras. A veces, ver las cosas en papel te da claridad.
Hazle caso a tu cuerpo
Si pensar en una opción te genera paz y ligereza, y la otra ansiedad o pesadez… tu cuerpo ya te dio la respuesta.
Imagina el “yo del futuro”
Pregúntate: ¿qué decisión agradecería dentro de un año?
Aplica la regla de los 10-10-10
Piensa: ¿cómo me voy a sentir con esta decisión en 10 minutos, en 10 meses y en 10 años?
Dale chance al silencio
Cuando la cabeza hace ruido, a veces lo mejor es no decidir de inmediato. Tómate 24 horas, medita o desconéctate, y vuelve con la mente más clara.
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Por: Sofía Leviaguirre
