¿Pooor?
Por: Mariel Arizmendi
Hay días que se siente que las horas pasan volando y que no te da tiempo de hacer nada, pues déjame decirte que si, los días duran menos, y hoy 22 de julio ya vamos por el segundo día más corto del año, y habrá más
¿Sientes que el día se te ha ido volando? No es tu imaginación. Este 22 de julio pasará a la historia como uno de los días más cortos jamás registrados. Y no, no es porque tengas mil pendientes o el día haya estado pesado: la rotación de la Tierra está cambiando y eso está haciendo que los días sean, literalmente, más cortos. Pero… ¿qué significa eso para ti, para el planeta y para los relojes del mundo? Te explicamos por qué el 22 de julio es el segundo día más corto de la historia.
Para que lo entiendas bien, significa que la Tierra acabará con su rotación normal 1.34 milisegundos antes de completar las 24 horas, por cierto, se espera que el 5 de agosto sea el tercer día más corto de la historia.
Normalmente, un día dura 24 horas, o sea 86,400 segundos, eso es lo que siempre han dicho, pero debes saber, que este tipo de variaciones son muy comunes. Que cada rotación sea diferente depende de varias cosas, como la gravedad de la Luna, los cambios en la atmósfera y el núcleo líquido de la Tierra. Por eso, una rotación puede durar algunos milisegundos menos o más, algo que es imposible de notar.
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A simple vista, parecería que esto no importa. Porque sí, son milésimas de segundo… y nadie va por la vida cronometrando su respiración. Pero a largo plazo, estos microcambios en la rotación de la Tierra podrían afectar cosas mucho más grandes: satélites, telecomunicaciones y sistemas informáticos que dependen, literal, del tiempo. ¿Te acuerdas del famoso “Y2K” de los noventa? Ese caos tecnológico que parecía el fin del mundo porque las computadoras no sabían cómo pasar del 99 al 2000. Bueno, esto podría ser algo parecido… pero con un detalle importante: no se puede ajustar la rotación de la Tierra desde un servidor.
Y aunque todavía no hay motivo para entrar en pánico, los expertos están atentos. Porque cuando el tiempo falla… todo lo demás se desajusta.
La Luna es la principal responsable de los cambios en la rotación de nuestro planeta. ¿Cómo? A través de las mareas: esas olas que parecen bailar, en realidad son pequeñas protuberancias que la Luna jala como si la Tierra fuera de plastilina. Ese tirón lunar frena, poco a poco, la rotación del planeta y transfiere energía a la propia Luna. Este efecto lleva ocurriendo desde hace miles de millones de años. De hecho, hace mucho (muchísimo) tiempo, un día en la Tierra duraba solo 19 horas.
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Ahora, que los días sean más cortos, se debe a que naturalmente en verano la Tierra gira un poco más rápido, debido a los cambios estacionales. El núcleo de la Tierra está compuesto por un núcleo interno sólido y un núcleo externo líquido, cualquier cambio que ocurra en ellos, provoca que el manto y la corteza de la Tierra giren ligeramente más rápido. Es por eso que se cree que la aceleración reciente está directamente relacionada con el núcleo.
Sí… el cambio climático también tiene su parte en este microajuste del tiempo. Un estudio publicado en Nature explica que el derretimiento de los polos está cambiando la distribución del agua en el planeta. El agua que antes estaba congelada en los extremos ahora se mueve hacia el ecuador, y eso redistribuye la masa de la Tierra, alejándola de su eje de rotación. ¿El resultado? La Tierra gira un poquito más lento. Aunque parezca mínimo, el calentamiento global ya está afectando incluso la duración de nuestros días. Literalmente.
Y ojo, algunos científicos creen que este efecto podría, con el tiempo, superar el impacto que tiene la Luna en la rotación terrestre. Por ahora, las variaciones entre el primer y segundo día más corto de la historia siguen en un rango “normal”. Pero si los gases de efecto invernadero siguen subiendo… ese reloj planetario podría empezar a desajustarse en serio.
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Por: Mariel Arizmendi