¿Pooor?
Por: Sofía Leviaguirre
La Iglesia Católica vivió un momento histórico con la elección de Robert Francis Prevost como el nuevo Papa, adoptando el nombre de León XIV.
Este 8 de mayo de 2025, la Iglesia Católica vivió un momento histórico con la elección de Robert Francis Prevost como el nuevo Papa, adoptando el nombre de León XIV. Esta es la primera vez que un estadounidense asume el papado, sucediendo al argentino Francisco, el primer pontífice latinoamericano.
El nombre que eligió el nuevo papa es León XIV, y este nombre tiene un fuerte significado. El nombre León proviene del griego antiguo y simboliza la fuerza y valentía. El primer Papa León fue León I el Magno, quien fue papa y doctor de la Iglesia Católica. El significado de este nombre para la Iglesia Católica tiene que ver con la fortaleza y la autoridad.
Robert Francis Prevost, nacido en Chicago en 1955, tiene raíces franco-italianas y españolas. Se unió a la Orden de San Agustín en 1977 y fue ordenado sacerdote en 1981. Su vocación misionera lo llevó a Perú en 1985, donde desempeñó una labor pastoral significativa y fue obispo de Chiclayo desde 2014 hasta su nombramiento en el Vaticano en enero de 2025 por el Papa Francisco.
Prevost es políglota y tiene una excelente formación académica en matemáticas, filosofía y teología. En 2023, fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos, una de las oficinas más influyentes del Vaticano, y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.
Al elegir el nombre León XIV, Prevost le rinde homenaje a dos figuras emblemáticas: León I “el Magno”, reconocido por su liderazgo en tiempos de crisis y su defensa del primado de Roma, y León XIII, conocido por su encíclica “Rerum Novarum” que abordó la cuestión social y los derechos laborales. Este nombre, en desuso desde hace más de un siglo, simboliza una continuidad con el legado de compromiso social y diálogo interreligioso planteado por Francisco.
En su primer mensaje como Papa, León XIV enfatizó la importancia de construir puentes, promover la paz y la inclusión, y apoyar a los más necesitados. Su discurso, pronunciado en varios idiomas, incluyó un emotivo saludo a su antigua diócesis en Perú, reflejando su cercanía con las comunidades latinoamericanas.
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León XIV ha manifestado su intención de continuar las reformas iniciadas por su predecesor, especialmente en áreas como la transparencia financiera y la lucha contra los abusos sexuales dentro de la Iglesia. Su enfoque pastoral se centra en la inclusión, la justicia social y el fortalecimiento de la unidad eclesial en un mundo cada vez más polarizado.
El pontificado de León XIV tiene todo para ser una continuación del espíritu reformista de su predecesor, el Papa Francisco. La elección de León XIV representa una esperanza renovada para una Iglesia que busca adaptarse a los tiempos modernos sin perder su esencia. Con un líder que promueve la diversidad y la tradición, el futuro del catolicismo parece estarse renovando con entusiasmo.
Entre los desafíos que enfrentará, tendrá que manejar las tensiones internas entre sectores conservadores y progresistas, la crisis de vocaciones y la cada vez más presente secularización en diversas regiones. Además, tendrá que abordar temas que el Papa Francisco trató todo el tiempo, como la inclusión de la comunidad LGBTQ+, el papel de la mujer en la Iglesia y las discusiones sobre el celibato sacerdotal.
La elección de León XIV sigue la línea de apertura iniciada por el Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Argentina. Elegido en 2013, Francisco fue el primer papa jesuita y el primero proveniente del hemisferio sur, marcando un cambio significativo en la tradición europea del papado.
Francisco centró su pontificado en la misericordia, la humildad y la atención a los más necesitados, promoviendo reformas en la curia romana y un enfoque más pastoral y menos doctrinal. Su legado dejó las bases necesarias para que León XIV continúe con una Iglesia más inclusiva y comprometida con los desafíos del siglo XXI.
La elección de León XIV representa un paso significativo hacia una Iglesia más global y diversa, y no queda más que esperar para ver cómo gobierna este nuevo Papa.
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1. Es el primer Papa con nacionalidad peruana. Aunque nació en Chicago, pronto en su carrera se fue a hacer labor a Perú, y su amor por el país lo llevó a aceptar la ciudadanía.
2. Sirvió más de 20 años en misiones, parroquias y comunidades, especialmente en zonas humildes de Perú. No vino a imponer, sino a aprender y acompañar a la gente de latinoamérica.
3. Pertenece a la Orden de San Agustín, famosa por su énfasis en la comunidad, la reflexión y la búsqueda de la verdad interior, y antes de ser obispo, fue el superior general de los agustinos en todo el mundo. Lo conocen en Asia, África, América… y lo respetan.
4. Tiene una visión universal, pero el alma llena de sazón latina. En Roma, evaluaba obispos de todo el mundo, pero nunca perdió su amor por la gente sencilla, por los que no tienen voz. De hecho, en su discurso de aceptación, habló en español para los peruanos. Y su español es perfecto, con acento peruano y todo.
5. Es un Papa al que no le falta pueblo. No viene del poder ni del privilegio, viene de las calles polvorientas de América Latina. Por eso, su elección es un símbolo de esperanza para el Sur Global. Es, de alguna manera, un segundo Papa latinoamericano.
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