Comes y comes y no te llenas… ¡puede ser la leptina!

Si ya se te pasó la manita de grasa almacenada pero sigues con ganas de tragarte todo, tal vez tienes un problema con la producción de leptina. Whaaat?! ¿Y eso qué es? ¿Se come? Ahí te va

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Hay miles de razones por las que la gente traga como si no hubiera mañana: tristeza, estrés, felicidad, ansiedad, pero la mayoría tiene la falsa creencia de que puede controlar su dieta, la cantidad de ejercicio que hace y el peso de su cuerpo. Creen que el día que quieran adelgazar solo va a ser cuestión de decidirlo y se hará la magia. Ah, pero apenas empiezan la dieta, el hambre se sale de control. Lo que pasa es que los niveles de hambre y saciedad no dependen solo de la fuerza de voluntad, sino de diferentes hormonas, principalmente de una que se llama leptina.

La leptina es una hormona que se produce en la grasa. A través de señales nerviosas manda al cerebro mensajes para que coma o deje de comer, para reparar las células (antiaging), para saber si hay o no hay energía y para saber qué hacer con ella (guardarla como grasa o quemarla). Es una especie de mensajero que comunica a la grasa con el cerebro. También regula la calidad y el ritmo de tu metabolismo, o sea, de apagar o prender el botón del hambre.

Tus pensamientos, tus emociones y tus alimentos son claves para estar sano. Así que deja de ser negativo, trabaja por dentro y por fuera para estar bien.

¿Qué pasa en el cerebro? 

Si la leptina aumenta

  • Deja de guardar grasa
  • Empieza a quemarla
  • Activa el hambre

Si la leptina baja

  • Desactiva el hambre
  • Empieza a guardar grasa
  • Deja de quemarla

Resistencia a la leptina

O sea que si tienes más grasa tu cuerpo produce más leptina, pero entonces, ¿por qué la gente que está hecha un planeta sigue teniendo hambre y lejos de quemar grasa la sigue guarde y guarde y guarde? Al tener tanta grasa de más y producir muchísima leptina, tu cuerpo se satura y la señal de que queme la grasa y desactive el hambre deja de funcionar. A esto se le conoce como RESISTENCIA A LA LEPTINA.

Para estudiar el funcionamiento de esta hormona se hizo un estudio en el que dividieron a dos grupos de ratas: uno tenía obesidad y otro no. A los dos les inyectaron leptina; las que no tenían obesidad disminuyeron sus niveles de grasa y las que sí tenían no. ¿Por qué? Porque las que sí tenían obesidad ya habían desarrollado una resistencia, es decir, por más que tuvieran mucha leptina, su cuerpo no podía usarla como debe.

Lo que te pasa

  • Tienes poca energía
  • Estás lento y aletargado
  • Guardas más grasa de la que deberías
  • Siempre tienes hambre

Lo que aumenta

  • Cuando te atascas de azúcar, harina refinada y alimentos procesados, tus niveles de grasa aumentan y también tus niveles de leptina, eso genera resistencia y daña la sensación de hambre y saciedad.
  • La inflamación celular, madre de todas las enfermedades, hace que el cerebro no reconozca los niveles altos de leptina.

Checa tus niveles 

Para saber si tus niveles de leptina son normales tienes que hacerte una prueba de sangre en un laboratorio e ir con el doctor para que pueda hacerte una evaluación completa. Los niveles adecuados son de 1-15 ng/ml. Niveles más altos o incluso menores dañan la señal de hambre y saciedad en el cerebro.

¿Y si no son normales? 

  1. Bájale al estrés (vacaciones, spa, medita, camina, etc.),  esto ayuda a que no guardes taaanta grasa.
  2. Elimina alimentos procesados altos en azúcar y harinas refinadas.
  3. Haz ejercicio para controlar mejor tu ingesta de alimentos y disminuir la grasa en el cuerpo.
  4. Toma zinc para ayudar a que la leptina actúe mejor, L-carnitina para mejorar el metabolismo de grasas y magnesio que trabaja inversamente con la leptina.

 

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