Las tías sí somos segundas madres

Aunque muuuchos dirán que no, pero la realidad es que ser tía si es un ensayo de lo que se viene si quieres tener hijos

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Tengo dos sobrinas, una de 3 años y la otra está por nacer y sin duda han sido los regalos más increíbles que me ha dado mi hermano, y aunque sé perfectamente que para nada es lo mismo que dar a luz, criar y mantener una criatura, la verdad es que es que ser tía sí es un propedéutico para ver si le entras o no a ser mamá. 

1. Aprendes lo básico 

Sí, porque aquí no cuentan las tías que nomás juegan y cuando lloran los regresas. La onda es entrarle a cargarlos (desde recién nacidos), a cambiar pañales, a bañarlos. Así cuando te toque tu turno, no te vas a sentar a llorar. 

2. Eres confidente 

Es increíble la confianza que puedes generar con tus sobrinos, que claaaaro que nunca va a ser la misma que le tienen a sus papás, porque con ellos siempre existe la autoridad suprema y el miedo al regaño. Por lo que es súper bonita esa conexión en la que vas entendiendo los sentimientos, las emociones y el carácter de los niños. 

3. Tienes permitido ser cool 

Bien sabemos que la responsabilidad de educar al chiquillo no es tuya así que es una gran oportunidad para que te lleves la mejor parte: el jijijí jajajá. Y que aquí 100% veas si eres alguien que divierte o aburre a los niños, es una gran prueba, si no la pasas todavía puedes chambearle. 

4.  Y aprendes a poner límites 

Está bien ser la tía buena onda, pero pues también tienes que ponerte firme cuando haga falta, esto es básico, porque sí, sí vas a ser la tía alcahueta, pero también necesitas enseñarle lo que está bien y lo que no. Aquí el aprendizaje claro que es para ti, para saber qué tanto te harán caso tus hijos. 

Tener un sobrino es increíble, y la verdad es que por donde quiera que lo veas tú te llevas la mejor parte. 

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Equipo moi.