¿Eres hipocondríaco?

Qué hacer cuando juras que traes un tumor que te traga las entrañas y ya hasta compraste un paquete en Gayosso, pero cada vez que vas al doctor te dice: “No tienes nada”

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Los hipocondriacos están convencidos de que se están muriendo. Viven angustiados porque, después de diez mil estudios y ochocientas visitas con los doctores, siguen sin saber qué es lo que tienen. Lo que les pasa es que no les pasa nada. Les duele la cabeza y creen que tienen cáncer cerebral, la colitis la confunden con un tumor intestinal, una uña rota con una de ciencia mortal de calcio, un mareo con una hipoglucemia.

En ese afán de encontrar a alguien que les “confirme lo que tienen” se ponen en riesgo haciéndose pruebas de diagnóstico que no necesitan. Otras veces algún charlatán los termina “tratando”. Si tú eres uno de estos paranoicos que peregrina de doctor en doctor en búsqueda de una enfermedad, y si ya nadie te soporta por eso, échale un ojito a los síntomas y a la solución para que empieces a mejorar.

¿LO TIENES?

Ve qué tanto te identificas con las siguientes frases y saca tus conclusiones.

  • Estás convencido de que tienes una enfermedad grave, hasta sabes su nombre científico y reconoces cada síntoma en ti.
  • Ya fuiste a tres doctores que te dicen que no tienes nada y juras que tienes algo peligroso.
  • No sales, te reportas enfermo y ya casi no ves a tus amigos porque los síntomas han hecho de tu vida un infierno.

PORQUÉ DA

Por un posible déficit de neuroquímicos, al igual que en otros trastornos somatomorfos y en los trastornos del estado de ánimo: disminución de la neurotrofina 3 (NT-3) y de la serotonina plaquetaria (5-HT).

• También podría ser un comportamiento aprendido inconscientemente que sirve para evitar conflictos internos y factores de estrés externos.

• Es un círculo vicioso, entre más piensas en los síntomas más se agravan, pero quien tiene esta enfermedad no tiene ningún control sobre lo que siente.

• Muchas veces aparece en familias con historias de maltrato o abuso, aunque no siempre.

No todos somos hipocondriacos, pero todos somatizamos. Esto es cuando presentamos síntomas físicos, que no están relacionados con un evento médico en particular, como respuesta a estrés exagerado o preocupaciones: dolores de cabeza o espalda, subidas en la presión arterial, hormigueos en brazos y piernas, alteraciones del apetito o insomnio. En psiquiatría nos referimos a estas enfermedades como “trastornos somatomorfos”, y dentro de esta clasificación hay varias subdivisiones, una de ellas es el “trastorno de ansiedad por enfermedad”:

LA HIPOCONDRÍA ES EL MIEDO A UNA ENFERMEDAD HECHA Y DERECHA CON NOMBRE Y APELLIDO, NO SOLO ES TENER SÍNTOMAS VAGOS E INDEFINIDOS.

PARA CURARTE 

Preocuparte por tu salud no tiene nada de malo. Es muy importante cuidarse, hacerse exámenes de rutina, tener un doctor de confianza, pero eso es muy diferente a sufrir una ansiedad terrible por estar sano o creer que te estás muriendo.

Si esta ansiedad está controlando tu vida, estás harto de tus achaques imaginarios, no estás disfrutando lo que te pasa y te sientes deprimido y cada vez más paranoico, considera las siguientes opciones para empezar a curarte, pero más importante: busca a un profesional, psicólogo o psiquiatra que te ayude a dejar de cavar el hoyo en el que te van a enterrar.

  1. Entiende que tener un síntoma no quiere decir que tengas la enfermedad. El 75% de los adultos presentó un síntoma físico durante la semana pasada, sin ser producto de una patología.
  2. Nunca, nunca, nunca te diagnostiques con el “doctor” Google. 
  3. Ve al médico con la mente abierta, que él haga un diagnóstico con la exploración y estudios necesarios.
  4. Si varios doctores llegan a la conclusión de que no tienes una enfermedad de su campo, ve la posibilidad de elegir a un solo médico como jefe del diagnóstico y tratamiento, y que él vaya decidiendo sobre tu evolución y cuando necesites nuevos estudios o visitar a otro especialista.
  5. Si el médico te recomienda ir al psiquiatra no significa que estés loco, los dos están para ayudarte, date chance.
  6. Reflexiona profundamente si la obsesión con tu salud está siendo prudente.
  7. No abandones del todo a los doctores, no se trata de que vayas diario, pero no dejes de ir por miedo a que te digan algo que no quieres oír.
  8. No dejes de hacer cosas por pensar que estás enfermo, y cuando te sientas muy mal respira y pregúntate si esos síntomas son más mentales que físicos.
  9. Acepta la incertidumbre y deja de rumiar catástrofes en tu cabeza.
  10. Identifica los estímulos que te disparan la sensación de estar desahuciado. Haz un diario de las horas en que te sientes peor para encontrar las verdaderas causas.
  11. Abúrrete de tu mal. Cuando te ataque repítete 20 veces “tengo cáncer”, hazlo muy despacio y escucha lo ridículo y aburrido que suena.
  12. No tomes medicina sin receta.
  13. Acepta que algún día vas a morir y que todos los que conoces también. Trata de verlo como algo natural de todos los seres vivos, y si el miedo es insoportable trabájalo en terapia.
  14. Haz ejercicio para distraerte, mantente ocupado con pasatiempos que te hagan feliz, ve a una clase de meditación o yoga para que estés más tranquilo.
  15. Ve a terapia. Ve a terapia. Ve a terapia ¿te quedó claro?

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