Un cáncer contagioso

Tumores tan grandes y que continúan multiplicándose y creciendo hasta el punto de provocar la muerte, en los demonios de Tasmania.

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Mucha gente teme enfermarse de cáncer, pero nadie se previene de su contagio desde otra persona, porque el cáncer no es contagioso. A menos que seas un demonio de Tasmania.

Los demonios de Tasmania son marsupiales carnívoros del tamaño de un perro pequeño. A pesar de su nombre, su aspecto es bastante tierno: son cabezones y peluditos, aunque tienen la mordida más fuerte relativa a su peso corporal entre los mamíferos. Durante las últimas décadas, los demonios de Tasmania tienen otra característica, una fatal.

En 1996 se observaron por primera vez tumores en la cara y boca de estos animales. Tumores tan grandes y que continúan multiplicándose y creciendo hasta el punto de impedir que puedan comer, provocando su muerte. Este cáncer se llama “enfermedad de tumores faciales en demonios”, y ha acabado hasta con el 90% de los demonios de Tasmania en algunas de sus poblaciones, con el riesgo de estarlos conduciendo a su extinción. Es un cáncer que se comporta como epidemia.

La enfermedad se comporta así porque lo es: el cáncer facial de los demonios es contagioso entre ellos, y no porque lo provoque un virus. Los tumores en sí se contagian de animal a animal. Esto es lo que ha ayudado a que la enfermedad se disperse vorazmente entre la especie.

En cualquier especie, la mayoría de los tumores cancerígenos se originan por mutaciones en las células de un individuo. Estas células mutadas comienzan a multiplicarse, provocando el cáncer en el individuo, quien desarrolla la enfermedad sin riesgo de pasársela a otro. Al analizar genéticamente los tumores faciales de los demonios de Tasmania, se dieron cuenta de que todos eran genéticamente iguales, y que no tenían relación con las células de los animales de los cuales provenían. Es decir: los tumores se habían generado en otro individuo, y como una gripa, se habían “pegado” de unos demonios a otros.

Hasta ahora solo se conocen tres casos de tumores contagiosos, el de los demonios de Tasmania es el más mortífero. Todavía no se sabe mucho sobre este tipo de tumores y cómo se originaron, pero lo que sí se sabe es que cada vez desafían más nuestro entendimiento. Hace poco se descubrió que ya hay dos diferentes tumores infectando a los demonios, es decir que la misma enfermedad ha surgido dos veces de forma independiente. ¿Es realmente raro algo que ha surgido dos veces en los últimos treinta años?

Lo que esta enfermedad nos está enseñando muerte a muerte de demonios, es que el cáncer está muy lejos de ser entendido.    

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