Lo estúpidamente interesante… de los tacos al pastor

Es más sano comer una orden de cinco tacos al pastor que otros alimentos como donas, cuernitos, papas fritas e incluso algunas barras de fibra “dietéticas”.

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Lo confieso. Estos canijos tacos son la kriptonita de mis dietas, y tengo perfectamente ubicadas las taquerías más cercanas a mi domicilio en las que más sabrosos los hacen. De hecho también ubico las más cercanas a mi trabajo, la casa de mis papás y lo más vergonzoso de todo, ¡DEL GYM! ¿Qué va a decir Keiji Yoshiki de mí?

La dinámica siempre es la misma. Entro al establecimiento taquerincompletamente convencido de que sólo me comeré un par de tacos de bistec. Pero justo en el momento en que escucho el clásico, “le tomo su orden, joven”, quedo completamente hipnotizado por aquel exquisito manjar giratorio compuesto por asadita y crujiente carne de cerdo, previamente marinada en salsa dulce de achiote, chile seco y especias; apilada estratégicamente en ese tentador trompo expuesto al fuego y coronado con una dulce y jugosa piña.

Salivante, observo al experto taquero que con habilidad cuasi quirúrgica realiza unos cuantos cortes y coloca en un par de pequeñas tortillas de maíz algunos trozos de esa carne con aroma a gula; la cual es complementada con un pedazo de piña cortada con la destreza de un maestro ninja y cachada en el aire directamente en el taco (APLAUSOS). Ante semejante acrobacia digna del “Cirque du Soleil”, sólo le puedo rendir homenaje, tragándome unos tacos. Quince para ser exactos… Al cabo están chiquitos.

Durante mucho tiempo quise saber quién fue el inventor de los tacos al pastor para direccionarle todo el amor-odio que su creación culinaria genera en mí. Y me enteré que hay quienes consideran al empresario turco Kadir Nurman (1923- 2013), como el padre de estos tacos, ya que a finales de los años 60 emigró a Alemania y puso un negocio de “kebabs”, un platillo iraní hecho con carne asada de cordero o ternero, servida en un pan muy popular en Medio Oriente llamado “pita”. Lo novedoso de este negocio fue que a Don Nuram, se le ocurrió asar las carnes de manera vertical para poder ahorrar espacio; lo que lo convirtió en el inventor de la parrilla vertical para asar trompos de carne, pero no de los tacos al pastor.

Todo parece indicar que el origen de los tacos al pastor está en Puebla, sí, en la meca del camote. Ya que desde 1930, México permitió que varios grupos de pastores libaneses de la iglesia católica maronita se establecieran en este estado; y ya entrados en la década de los 70, estos pastores se enteraron de la existencia del práctico asador vertical, el cual replicaron en friega para venderles “kebabs” a los poblanos, y como Don Narum nunca patentó su invento, pues los pastorcitos no tuvieron ninguna bronca de derechos o cosas así.

A los poblanos les gustaron los “kebabs” y a pesar de que se los vendían con el clásico pan “pita”, comenzaron a llamarlos tacos al pastor, pues por aquello de que eran pastores libaneses los que los vendían. Y no pasó mucho tiempo para que los poblanos cambiaran la carne de ternero por carne de cerdo y el pan por la tortilla, creando así los MARAVILLOSOS TACOS AL PASTOR que conocemos hoy en día.

Pero, vamos a lo realmente importante. Según un estudio realizado por estudiantes del Departamento de Ingeniería Química, Alimentos y Ambiental de la Universidad de las Américas Puebla, se demostró que es más sano comer una orden de cinco tacos al pastor que otros alimentos como donas, cuernitos, papas fritas e incluso algunas barras de fibra “dietéticas”, ya que llegan a tener hasta un 20 o 30% de grasa, mientras que los nobles taquitos al pastor sólo tienen un 11.92% de grasa y un 20.77% de proteína. ¿Y saben qué? ¿Quién soy yo para dudar de este estudio? Yo les creo. ¡NECESITO CREERLES!

Termina su columna y pide los primeros 5 sin cebolla.

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