Las modorras mañaneras tienen una explicación

Si te despiertas pero tardas horas en saber qué está pasando, esto te interesa.

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Han pasado cinco minutos y aun no responde. Después de diez, muestra ya algunos signos de que percibe lo que ocurre a su alrededor. Pero no es sino hasta los veinte minutos y un café que mi roomie vuelve a ser él mismo y funcionar normalmente. No es que le haya ocurrido ningún accidente, es que tiene inercia de sueño.

La inercia del sueño es ese estado que todos hemos vivido en el que nomás no entendemos nada al despertar. Hay veces que dura pocos minutos, hay otras en que puede pasar hasta una hora o más para sentirnos totalmente despiertos. Este tiempo está relacionado con varias cosas, una de ellas con qué tan abruptamente despertamos. Mientras más repentinamente sea nuestro amanecer a un nuevo día, más larga será la inercia del sueño.

Para el cerebro, despertar no ocurre de forma instantánea, es un proceso gradual. Esto es verdad especialmente para las regiones corticales, que se encargan, entre otras cosas, del autocontrol y de la toma de decisiones. La memoria, el tiempo de reacción, y la atención son habilidades que se aletargan durante la inercia del sueño, y por lo tanto, las decisiones que tomamos durante ese momento no son las mejores. Por ejemplo, seguir en la cama unos minutos más, acción que muy probablemente alargará el tiempo de inercia.

Lo repentino del despertar no es el único factor que determina la inercia del sueño. Otro muy importante es en qué fase de este ciclo nos despertamos; al dormir el cerebro pasa por varias etapas, algunas más profundas que otras, lo cual tiene importantes consecuencias durante la vigilia. Las peores fases para despertar son las primeras del ciclo, cuando el cerebro está entrando en el sueño. Al decidir dormir un ratito más, y despertar luego luego, es muy probable que el cerebro está en estas primeras fases. Esto hace que cuando finalmente dejemos la cama se sienta como si hubiéramos dormido súper mal, pues lo que nos dice el cerebro eso eso: “si apenas me estaba durmiendo”.

Hay otras fases del sueño en las que si despiertas también se incrementa este aletargamiento mañanero. En particular, si nos despertamos cuando el cerebro está teniendo un sueño de ondas lentas, nuestras primeras horas de interacción con el mundo seguramente serán bastante subóptimas. El sueño de ondas lentas es una fase de sueño profundo que normalmente ocurre durante el primer tercio de la somnolencia, pero que se incrementa si hubo falta de sueño o si éste fue pobre. Así que después de una desvelada o noche de insomnio es probable que nos despertemos durante la fase de ondas lentas, y la inercia del sueño sea peor.

Tenemos ya una explicación al comportamiento entumecido y amodorrado de mi roomie, pero esta información podría tener aplicaciones importantes. Por ejemplo, podría ayudar a crear mejores horarios laborales y escolares. Si bien la inercia del sueño es peor durante los primeros minutos, no es sino después de dos o tres horas después de despertar que el cerebro alcanza de nuevo el máximo de sus capacidades cognitivas. ¿Para qué nos quieren tan temprano ya activos? Mejor déjennos dormir tantito más.

Referencias
Sleep inertia
Sleep Inertia: Best Time Not to Wake Up?

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