El paciente que no le hace caso a los doctores

En este caso el paciente es México y tiene una severa enfermedad llamada impunidad, corrupción, violencia, marginación y violaciones a derechos humanos

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Un muy buen amigo, experto como pocos en derechos humanos, Santiago Corcuera, cuenta esta metáfora. Un paciente va al doctor, después de varios análisis diagnostica una enfermedad grave y recomienda un tratamiento. El paciente no conforme con una sola opinión va a consultar a otro médico. El segundo diagnostica y receta lo mismo. El paciente, que se niega a aceptar una enfermedad tan grave, va a ver a un tercer especialista. Este también diagnostica la misma enfermedad y recomienda el mismo tratamiento que los dos anteriores. El paciente decide llamar a su abogado en lugar de ir a la farmacia y someterse a las recomendaciones de los expertos. Al abogado le pregunta si es obligatorio someterse a las recomendaciones médicas. Evidentemente no lo está así que decide no hacerles caso a los doctores. La enfermedad no se quitará y seguro se agravará.

El paciente es México. En múltiples ocasiones los expertos nacionales e internacionales han diagnosticado una severa enfermedad llamada impunidad, corrupción, violencia, marginación y violaciones a derechos humanos, entre otros. Las recetas para atender la enfermedad han sido entregadas (no entraré a detalle en este texto ya que me interesa analizar la respuesta del paciente y sus familiares).

La más reciente historia en esta metáfora es la Ley de Seguridad Interior. Después de 11 años de iniciada la “Guerra contra las drogas” y de haber demostrado la ineficacia del camino tomado (estamos en el año más violento de la historia reciente), los legisladores (PRI y sus aliados junto con un sector del PAN cercano al calderonismo) han aprobado una ley que generó preocupación entre los más enterados de los más enterados del mundo. A saber: el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y otros especialistas de la ONU, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el Parlamento Europeo, rectores de las más importantes universidades del país, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y las estatales, cientos de organizaciones mexicanas y extranjeras y cientos de especialistas. También la Conferencia del Episcopado, la Coparmex, el INAI y muchas más. Pues los legisladores mexicanos dicen que esos expertos no saben. Son los asesores del paciente de la metáfora de Corcuera.

Explicar todo el contenido de la ley y sus implicaciones es difícil en un espacio tan corto. Invito a escuchar el programa que hicimos al respecto:dale clic aquí

La reflexión es sobre el paciente. En este caso se legisla contra toda evidencia, contra toda recomendación internacional, contra toda opinión académica, contra toda recomendación de expertos. Aprobaron esta locura por irresponsables, soberbios, serviles, ignorantes pero sobre todo porque no hay costos morales, políticos ni electorales. No nos representan, se representan a sí mismos y a sus intereses.

Los familiares del paciente, es decir la sociedad mexicana, ha decidido no intervenir o solo algunos lo hacen. Una regresión autoritaria de este tamaño es posible solo por falta de medios plurales e incisivos, una sociedad civil poco enterada, comprometida y articulada y por funcionarios y representantes que dan la espalda a la ciudadanía.

Si queremos seguridad y un México distinto requerimos de democracia. Para tener democracia necesitamos participar todas y todos. No solo en las elecciones sino de manera permanente.

Comiencen por escuchar el podcast.

 

 

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Experto en Derecho Humanos, historia mundial contemporánea, genocidios y relaciones internacionales.

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