¿Dietas milagrosas antes de Semana Santa?

¿De verdad vale la pena matarte de hambre una semana antes de las vacaciones?

Las dos semanas previas a Semana Santa resultan extrañamente “inspiradoras” para un montón de personas que deciden ponerse “flacas” y “mamados” “pa´las vacaciones”. Así, casuales. Total, si en estas fechas se hizo el dificilísimo milagro de resucitar a alguien en tres días ¿qué tan difícil puede ser bajar unos 9 kilitos o ponerse musculoso en 15 días?

¡ES NETA! Según Google Trends, del 8 al 14 de marzo del año pasado la palabra “dieta” o sus agregados como “dietas que sí funcionan” y “dietas milagro” representaron el 76% del interés de las búsquedas en México, y después de las vacaciones de Semana Santa, el interés descendió a un 60%.

Y a mí que no me digan, esa repentina curiosidad por averiguar cuál es la última y más efectiva dieta para bajar en chinguísima de peso, y que casualmente surge durante el primer trimestre del año, es porque tristemente la gente sigue pensando que con dos semanas de dieta y chance un poco de ejercicio, es suficiente para lanzarse a la playa a presumir cuerpazo. De hecho, en el 2015 un grupo de especialistas en psicología y nutrición del hospital Quirón de Valencia y Torrevieja, España, realizaron un estudio en el que denominaron a esta ingenua práctica como “operación bikini”.

Sin embargo, el estudio también destacó que seis de cada 10 personas que deciden poner en marcha la fregada “operación bikini”, cuelgan la toalla durante la primera semana (y eso que solo son dos semanas); 70% de los reclutados lo hacen por las obvias repercusiones adversas en su salud, mientras que el 70% de los que sí aguantaron sus dos largas y extenuantes semanotas de “dieta”, son víctimas del siempre seguro “efecto rebote”, recuperando en friega los pocos kilos que llegaron a perder matándose de hambre, más tres o cuatro kilillos extras.

En Reino Unido también se aventaron un estudio en el que analizaron los resultados y estadísticas de una de las más importantes clínicas de reducción de peso de ese país y dichos datos revelaron que los hombres somos más constantes que las mujeres y abandonamos con menor frecuencia las dietas. Se observó que el 40.6% de los varones, frente al 30.7% de las mujeres, no renuncian con la dieta.

Lo cual tiene mucho sentido si recordamos la historia de la dieta más antigua de la humanidad. Data de millones de años atrás, en la que, a un tal Adán y a una Eva, se les dio chance de comer hasta el atasque TOOODOOO lo que se les antojara y ¡SIN ENGORDAR NI MEDIO GRAMO! Lo único que se les prohibió tragar fue manzana. Y a ver ¿quién fue la que rompió esa sencilla y alivianada dieta? ¿Quién? Pero es lo que pasa cuando uno le hace caso a serpientes que hablan.

Les confieso, que en un principio el objetivo de esta columna era hacer una lista de algunas de las “dietas” más estúpidas de las que los asombrados médicos tienen registro, y que han sido empleadas por varios soquetes que piensan que poniendo en riesgo su salud, van a quedar buenísimos “pa´las vacaciones”. Pero preferí no dar ideas. No vaya siendo.

¡Seamos realistas! Si esa panza, esa papada y esas lonjas no aparecieron en nuestros cuerpos de la noche a la mañana ¿Por qué fregados iban a esfumarse con dos semanas de matarnos de hambre? Hollywood nos tiene muy mal acostumbrados, llenó a nuestras inocentes mentecitas la idea de que en tres minutos y a ritmo de una rola bien prendida la gente se pone buenota, pero no es así. Hay que hacer ejercicio físico A DIARIO.

¿Quieren perder peso? Pues coman, NO SE ATASQUEN. Lleven un RÉGIMEN ALIMENTICIO balanceado y permanente, no dietas para entrar en un vestido o traje de baño y consulten a un buen nutriólogo o endocrinólogo para que los ayude a cuidar su salud y no solo a “verse bien”.

Termina su columna y se ve increíble en su traje de baño, pero no tiene vacaciones 🙁

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