Abatir la pobreza. Imperativo moral

En nuestro país más de 53 millones de personas se encuentran en situación de pobreza, 10 millones de ellas en pobreza extrema.

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Ante tantos días internacionales para tantas cosas el foco se diluye. Si todo tiene un día internacional entonces en la realidad nada tiene un día internacional. Uno de los que debería llamar más la atención es el que se conmemora el 17 de octubre de cada año, el Día internacional para la erradicación de la pobreza.

Además de erradicar la pobreza habría que trabajar en reducir la desigualdad. Se genera más violencia en el mundo producto de la desigualdad que de la pobreza. Ambos son imperativos morales.

Al hablar de pobreza no solo se deben aumentar los ingresos, sino atender de manera digna el sufrimiento que ésta genera. Para ello, los sistemas nacionales de protección social deben funcionar y llegar a todas y todos, hoy en día menos de la mitad de la población mundial está cubierta de manera efectiva por los sistemas nacionales de protección social. También se debe buscar prevenir y atender de manera eficiente los desastres naturales que suelen golpear más a quienes menos tienen. Se trata de restablecer las condiciones mínimas para una vida digna.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo calcula que hay alrededor de 800 millones de personas en pobreza extrema. Subsisten con menos de $1.25 dólares por día, además de no tener acceso a alimentación de calidad, agua potable ni condiciones de salud adecuada. A finales del siglo XX eran 1,700 millones, 28% de la población mundial mientras que hoy son el 11%. Hay avances importantes.

Debería ser una prioridad internacional ya que contamos con los avances tecnológicos y niveles económicos más altos de la historia y seguimos sin poder erradicar la pobreza extrema. Es un imperativo moral.

Se ha reducido la pobreza sobre todo en distintas regiones de Asia que han visto crecer y distribuir su economía en las últimas décadas. Es posible, esta región abatió la pobreza del 35% al 3% en 15 años. Mientras que la región con mayores índices sigue siendo el África subsahariana que mantiene a más del 40% de su población en pobreza extrema.

La pobreza genera además discriminación. Esta discriminación, en buena medida, impide salir de esta condición. No solo hace falta crecer económicamente, es necesario distribuirlo bien. El modelo económico actual apunta en otra dirección. Cada vez menos tienen más.

En nuestro país más de 53 millones de personas se encuentran en situación de pobreza, 10 millones de ellas en pobreza extrema. ¿Qué país es viable donde casi la mitad es pobre? ¿Tiene sentido hablar de soberanía cuando el Estado no es capaz de proveer seguridad física ni condiciones de vida digna?

El Estado mexicano ha fracasado. En 200 años no hemos sido capaces de atender la pobreza. Busquemos respuestas en el estado de derecho, el modelo económico, la impartición de justicia, la corrupción, el sistema educativo, la ineficiencia de políticas públicas, la cultura del clientelismo y tantas otras. Todo lo demás es discurso.

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Experto en Derecho Humanos, historia mundial contemporánea, genocidios y relaciones internacionales.

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